La utilización de bicicletas, monopatines eléctricos, scooters, denominados comúnmente «vehículos urbanos», se ha incrementado notoriamente desde hace ya varios años, pero la aparición de la pandemia de Covid-19 y su consecuente cuarentena, han acelerado su crecimiento en forma exponencial. Este artículo indaga acerca de los beneficios que esta alternativa presenta frente al transporte público, así como también, los diferentes seguros que ofrece el mercado y la legislación vigente.
Escribe Dra. Gabriela Álvarez

 

El uso de los comúnmente llamados «vehículos urbanos» como medio de transporte, ha venido aumentando desde hace ya varios años. Con la bicicleta en los primeros lugares del ranking, los monopatines eléctricos, la bicicleta eléctrica, la plegable, los scooters, han inundado las calles de nuestra ciudad.
Los monopatines eléctricos conviven en Europa con otros medios de transporte, desde hace ya varios años, pero en nuestro país se han instalado definitivamente hace aproximadamente un año, en un primer momento como vehículos de alquiler, y luego con la opción de que cada uno pueda acceder al suyo. Son un medio de transporte sencillo y muy ágil, sobre todo si hablamos de cortas distancias en las principales ciudades o urbes.
Esta nueva alternativa al uso del auto o bien del transporte público, presenta grandes beneficios si lo comparamos con el auto tradicional. Sólo a modo de citar alguno de ellos podemos mencionar:

 

• Tiempo, comodidad y libertad
El uso del vehículo siempre ha sido considerado como sinónimo de rapidez y comodidad. Sin embargo, actualmente, con el gran aumento del parque automotor, los embotellamientos de tránsito constantes a toda hora, el corte de calles, los piquetes, los accidentes y demás imprevistos, se ha convertido no sólo en una verdadera pérdida de tiempo esperando largas colas de autos, sino también en una fuente creciente de mal humor y estrés. Esto último se ve también incrementado en su gran mayoría por la forma en que se conduce en nuestro país, lo que provoca que al menos llegar a casa nos lleve dos o tres peleas con otros conductores a lo largo del corto viaje. Una vez salvados todos estos inconvenientes, nos encontramos con un nuevo desafío dado por el momento de conseguir un lugar para poder estacionar. Forma parte de nuestra vida cotidiana, llegar a una reunión o punto de encuentro y que todos se quejen de haber pasado 15 minutos -o a veces más- buscando algún lugar donde poder dejar el vehículo, tratando de evitar a toda costa los elevados importes que saldría dejar el vehículo en un estacionamiento privado.
En cambio, el uso de la bicicleta permite moverse por la ciudad con mayor libertad, los embotellamientos de tránsito dejan de ser un problema, el estacionamiento no requiere demasiada complejidad, y el viaje pasa a transformarse en un verdadero momento de relajación y disfrute.

 

• Autonomía
El uso de la bicicleta nos permite poder llegar a horario sin demasiados inconvenientes. La impuntualidad del transporte público que reina en nuestro país, los tumultos de gente que se acumulan en horas pico en subtes, trenes y colectivos, que muchas veces nos obligan a pasar largos períodos de tiempo esperando un vehículo al cual poder subirnos y viajar con suerte apretadísimos, dejan de ser un trastorno.

 

• Salud física y mental
La utilización de la bicicleta, tiene grandes beneficios a la hora de evaluar la salud tanto física como mental. Andar en bicicleta forma parte de un muy buen ejercicio para el cuerpo que nos ayuda además a quemar muchas calorías. Utilizar la bicicleta por 150 minutos a la semana, además de romper con el sedentarismo al que nos lleva la modernidad, aumenta la energía considerablemente, mejora los patrones del sueño, aumenta la resistencia a la enfermedad, controla el peso, y tiene un impacto importantísimo en la mejora de la salud mental y el estado de ánimo en general.

 

• Economía
Actualmente contar con un vehículo, conlleva grandes gastos. No sólo el costo de su compra, el cual ha aumentado terriblemente en estos últimos tiempos, sino también su manutención. Combustible, seguros, patente, estacionamiento, verificación, licencia de conducir, sólo por mencionar algunos. La bicicleta en cambio, más allá del costo del seguro, el cual no es obligatorio, pero siempre conviene tenerlo, no genera otros gastos.

 

Vehículos urbanos y Pandemia

Como mencionamos anteriormente, el uso de la bicicleta viene en creciente aumento desde hace ya varios años, pero el surgimiento de este nuevo virus y la pandemia, han acelerado su crecimiento exponencialmente. Su uso se ha visto asociado no sólo a los beneficios que mencionamos más arriba, sino sobre todo a la utilización por parte de los trabajadores exceptuados que se volcaron a esta alternativa para concurrir a sus lugares de trabajo, al no poder utilizar el transporte público, y también en el caso de los llamados esenciales, como una forma de traslado más segura para evitar aglomeraciones de gente, lugares cerrados y, por ende, mayores contagios.
La alternativa de la bicicleta también fue utilizada para realizar las compras por el barrio, como un modo de distracción de los chicos para salir de su casa y disfrutar del aire libre. Durante el mes de agosto, el gobierno porteño realizó conteos en diferentes calles y avenidas de la ciudad, y se registró en comparación con los datos del año pasado, un incremento del 114% de viajes en este medio de transporte.
Ahora bien, la utilización de estos nuevos vehículos urbanos en la vida cotidiana ha llegado para quedarse. El transporte público es hoy en día uno de los principales focos de contagio de coronavirus, y es creciente el rechazo a utilizarlo cuando de a poco vayamos retornando a la nueva normalidad. Según un estudio realizado por la UNSAM previo a la pandemia, el 67% de las personas que se movilizan y trabajan en Argentina prefieren evitar el transporte público. Ello se va trasladando de a poco a nuevas forma de movilidad personal.
Por ello, cada vez es más creciente la tendencia por parte de las compañías de seguros a asegurar ya no el vehículo utilizado sino el hecho de la movilidad misma, ya sea que viajen caminando, en monopatín, en bicicleta, en auto, en transporte público, rollers o patinetas. La cobertura que se brinda es de Accidentes Personales, Responsabilidad Civil, Robo y Daños.

Vehículos urbanos y Seguros

Seguros para Bicicleta
Actualmente, son numerosas las compañías de seguros que ofrecen dentro de su cartera diversas coberturas para las bicicletas. Básicamente, estas coberturas ofrecen protección ante el caso de:
• ROBO y/o daño por su tentativa (se excluye el hurto).
• RESPONSABILIDAD CIVIL.
• DAÑO TOTAL POR ACCIDENTE.
• ASISTENCIA. Dentro de este rubro se incluyen prestaciones sin cargo, como asesoramiento sobre cómo realizar la denuncia en caso de robo de tarjetas de crédito, débito y celular, coordinación de traslado en taxi o remis desde el lugar del hecho hasta la comisaría más cercana en caso de robo o accidente y posterior traslado hasta el domicilio o lugar donde el asegurado indique, transmisión de mensajes urgentes, información sobre la ubicación de centros de salud en caso de ser necesario, entre otros.
Estas son las coberturas básicas, luego cada compañía, tiene sus condiciones particulares. Algunas de ellas establecen una franquicia del 10% de la suma asegurada, otras requieren para la cobertura de daños que se haya visto afectado el cuadro de la bicicleta, algunas cubren bicicletas hasta 5 años de antigüedad desde la fecha de compra, excluyendo a las bicicletas eléctricas.
Hay compañías que cuentan con esta cobertura en forma autónoma, mientras que otras ofrecen como un pack dentro de la cobertura de Combinado Familiar.
Adicionalmente, se puede contratar una cobertura de accidentes personales, la cual cubre muerte e invalidez total y permanente por accidente del conductor de la bicicleta durante las 24 horas, y gastos de asistencia médico-farmacéutica.
Lo cierto es que, hoy en día, debido al valor considerable de una bicicleta, la devaluación y la mayor demanda de estos vehículos en el mercado, los seguros para bicicleta ya son parte corriente de quien concurre a comprar una nueva, y en su gran mayoría, ya sale asegurada de la bicicletería.

Seguros para Monopatín Eléctrico
El monopatín eléctrico también ha sido utilizado para realizar distancias cortas y, como consecuencia de ello, han surgido coberturas para este nuevo vehículo que cada vez es más visto en nuestras calles.
Las coberturas básicas para este nuevo transporte son:
• ROBO TOTAL, tanto en vía pública como dentro del domicilio.
• RESPONSABILIDAD CIVIL.
• INCENDIO.
• DESTRUCCIÓN.
Para su contratación sólo se requiete foto del monopatín y factura de compra, lo que hace que su contratación sea sumamente sencilla. El costo de estos seguros es también muy accesible. A modo de ejemplo, para un monopatín eléctrico de un valor de $ 30.000 el seguro puede costar aproximadamente $ 340 mensuales; de $ 60.000 de valor con un costo de seguro de $ 880 por mes. Obviamente, el costo del seguro irá en función de la cobertura que se decida contratar, el lugar de residencia -dado que dependiendo de él, aumenta o disminuye el factor de riesgo- y la suma asegurada traducida en el valor del monopatín.

Seguros para Bicicleta Eléctrica
El uso de la bicicleta eléctrica no contamina, al ser un vehículo ecológico, la batería se recarga con la corriente eléctrica, se ahorra dinero y trámites, y no requiere mantenimiento. Las principales coberturas para este tipo de vehículos son:
• ROBO TOTAL Y DE SUS EQUIPOS ELECTRÓNICOS.
• RESPONSABILIDAD CIVIL.
• INCENDIO.
• ACCIDENTES EN LA VÍA PÚBLICA.
• REEMBOLSO DE GASTOS POR REOBTENCIÓN DE
DOCUMENTOS Y LLAVES EN CASO DE ROBO.
En nuestro país, el costo de un seguro para una bicicleta eléctrica de $ 90.000 asciende a $ 1.350 por mes, aproximadamente.

Si hacemos referencia a los valores de estos nuevos vehículos urbanos, una bicicleta sencilla arranca su precio desde los $ 27.000 en adelante; una bicicleta eléctrica desde los $ 90.000 en adelante y un monopatín eléctrico desde los $ 40.000 en adelante.

Vehículos y Legislación

En el año 2019, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires reglamentó el uso de los llamados dispositivos de movilidad personal, en referencia al uso de monopatines eléctricos, estableciendo que pueden tener una o más ruedas, estar dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos, prohibiendo de esta manera los monopatines con motor a combustión. Deben tener un sistema de frenos que actúe sobre sus ruedas; una base de apoyo para los pies; timbre o bocina que permita llamar la atención bajo condiciones de tránsito mediano; elementos reflectantes para una adecuada visibilidad y disponer al menos de una luz delantera y una luz trasera. En cuanto a la propulsión, la potencia máxima del motor será de 500 Watts y el límite de velocidad de 25 km/h.
Asimismo, se modificó el Código de Tránsito y Transporte habilitando el desplazamiento por bicisendas, ciclovías y ciclocarriles. En las zonas donde no existan, podrán ir por la calzada, del lado derecho, pero no podrán circular en avenidas, por las veredas ni tampoco ser impulsados agarrándose de otro vehículo. En el caso de los monopatines eléctricos, tienen prohibido circular por la vereda, y deben ser conducidos por mayores de 16 años y con casco colocado.
También se realizó una modificación al Régimen de Faltas de la Ciudad, estableciendo sanciones económicas para las siguientes infracciones: «el/la conductor/a de un ciclorodado o de un dispositivo de movilidad personal que circule asido/a a otro vehículo o apareado/a inmediatamente detrás de otro, o cuando no use casco protector, o el ciclorodado o dispositivo de movilidad personal no cuente con luces o elementos luminiscentes, o transporte a otra/s persona/s cuando su diseño no sea apto para ello, o no respete la señalización vial, o circule por lugares no autorizados, es sancionado/a con multa de setenta (70) unidades fijas (UF)».