En entrevista exclusiva con Informe Operadores de Mercado, Carlos Melconian definió como los tres objetivos estructurales del Banco de la Nación Argentina ampliar la capacidad crediticia del sector privado; mejorar la atención del banco -que se encuentra presente de La Quiaca a Tierra del Fuego, posee 700 bocas de expendio y 21000 personas entre las directas y las vinculadas- y ometerse no sólo al proceso regulatorio del Banco Central y de la UIF, sino también al nuevo patrón internacional vigente en las cuestiones vinculadas al cumplimiento de regulaciones y normas de lavado. A pocos días de su lanzamiento, nos cuenta en detalle las características, los alcances y los requisitos del nuevo crédito hipotecario.

 

Carlos Melconian, Presidente del Banco de la Nación Argentina, reflexiona sobre el presente y la proyección de la entidad.

– ¿Cuál es el estado de situación en que encontró el Banco Nación al asumir su presidencia y cómo es hoy su actualidad a más de seis meses de gestión?

– Nos encontramos con un banco donde lo más relevante es la enorme predisposición de su gente para saber que empezó una nueva etapa, con una dinámica de trabajo diferente, y tratando -como decimos nosotros- de poner nuevamente al Banco Nación «en la cancha». En general, en la mayoría de los casos, el Banco cuenta con una línea que, más allá de hacer sus apreciaciones profesionales, en el fondo se va moviendo al vaivén de la política que le impone el directorio. En este sentido, hay una acción que describe de cuerpo entero lo que acabo de decir y es que en nuestra primera reunión de Directorio, que fue casi sobre el final de diciembre porque nosotros aquí asumimos el 21, no encontrábamos interlocutores de la transición excepto la generosidad de la línea. Nuestra primera reunión de Directorio consistió, en línea con lo que el Presidente había prometido durante su campaña respecto al sector primario, en la eliminación del cepo sojero. El Presidente había prometido la eliminación de las retenciones excepto la soja y nosotros en línea con esto, hicimos reanudar la asistencia crediticia al sector primario. Por lo tanto, en la primera reunión de Directorio pedí que me alcanzaran la resolución por la cual no le prestaban más al campo, y la respuesta fue: «No hay resolución». Entonces pregunté: «¿Y ustedes cómo dejaron de prestar?». Y me respondieron: «Porque nos dieron la orden no escrita de hacerlo». Aquí esto tiene menos connotaciones legales que en términos de alguna otra anormalidad, porque esta era una de las tantas anormalidades que vivimos en la década pasada. Entonces, nuestra primera decisión vinculada a volver a poner al Banco «en la cancha» fue una enunciación verbal porque no teníamos qué modificar. Este ejemplo vale porque he dicho que contamos con muy buena predisposición de la gente, de sus comisiones gremiales y demás, pero que simultáneamente son personas que se van moviendo al compás de lo que la autoridad política o el Directorio les va imponiendo. Y de la mano de esto, nos encontramos con un balance de banco público y banco privado -como digo yo- donde una enorme cantidad de fuente de financiamiento privada tenía como destino préstamos al sector público, entonces una de las cosas que nos propusimos por indicación del Presidente es que este sea un Banco del Estado, que de ninguna manera va a ser privatizado, pero cuyo principal objetivo es que la plata le vuelva a la gente. Y esto último es que este Banco tenga como fundamento de su política crediticia devolver dinero al mercado sin perder plata, teniendo una tasa de rentabilidad idónea y suficientemente acorde como para no perder plata, pero dado que su principal accionista es la sociedad argentina, entonces que de alguna manera ese reparto de dividendos vuelva en formato crediticio. Por lo tanto, uno de los objetivos que nos hemos propuesto el Directorio del Banco es ampliar la capacidad crediticia del sector privado, que luego voy a explicar en qué y cómo lo vamos a hacer. Pero existen otros dos objetivos dentro de las tres cuestiones estructurales que nos propusimos, uno de los cuales es mejorar la atención, donde uno debe saber que es un Banco que va de La Quiaca a Tierra del Fuego, tiene 700 bocas de expendio y 21 mil personas, entre el Banco y vinculadas. En primer lugar, es un Banco grande y que está en todos lados; segundo y simultáneamente, a lo largo de la década pasada se le fueron imponiendo nuevas tareas, que hoy este directorio gustoso aceptamos pero con costo, que es que al banco se le agregaron entre 3 y 4 millones de personas, entre jubilados y planes sociales, para pagar por el Banco. Dije que «aceptamos gustosos» porque se trata de 4 millones de compatriotas que nos honran que vengan al Banco, pero con la misma capacidad edilicia y el mismo tipo de atención, esto quedó desbordado. Entonces, muchas veces, la operatoria normal del Banco fuera de la asistencia a jubilados y planes sociales, se ve dificultada a través de una gran conglomeración de gente en el banco, esperas y demás, donde por supuesto no es fácil resolverlo porque no consiste en decir: «Bueno, busquemos 150 edificios más de La Quiaca a Tierra del Fuego», porque sería una manera ineficiente de hacerlo y llevaría un gran costo.

El tercer capítulo de la reforma estructural es someternos ampliamente no sólo al proceso regulatorio del Banco Central y de la UIF, sino también a este nuevo patrón internacional vigente donde cada vez más las cuestiones vinculadas al lavado y al cumplimiento de regulaciones tienen que ser puestas en práctica. En ese sentido, estamos en una tarea rigurosísima e irrenunciable, donde hemos conformado un directorio muy profesional, y pragmático excepto para el cumplimiento de estas normas donde no hay pragmatismo posible. Por lo tanto, los tres objetivos estructurales para el banco son la mejora en la atención, en el cumplimiento de regulaciones y normas de lavado, y en la mayor amplitud posible para el crédito al sector privado.

 

– ¿Aumentaron los depósitos?

– Estamos superando al resto del sistema en materia de depósitos, lo cual significa que la gente está volviendo a confiar en el Banco Nación como lugar de sus ahorros. Nosotros lo estamos generando, lo cual es tener mayor capacidad de financiamiento para tener mayor capacidad de crédito.

Hecha la presentación y respondiendo positivamente al hecho de que el Banco vuelve a ganar market share en materia de recepción de dinero, ahora estamos yendo por el recupero del mercado que en los últimos años perdió el Banco, dado el disciplinamiento político respecto a que «a fulano o a mengano no le prestas». Entonces aquí también, de la misma manera en que nos hemos focalizado en pocos objetivos estructurales, tenemos como propósito explícito ganar financiamiento en el mercado.

 

– ¿En qué consiste y a quiénes está dirigido dicho financiamiento?

– En materia de financiamiento, deseamos concentrarnos en: a) sector privado; b) dividido en dos, corporativo e individuos. En materia corporativa, cuando uno observa el estado de cumplimiento de los deudores del banco, no hay ninguna duda que el Banco tiene una performance excepcional en las PyMEs, primero porque es un mercado que conoce bien, segundo porque llega a todos lados y tercero porque es un cliente muy noble y pagador. Justo se encuentra con un Presidente, en este caso, que «tiene alma de pyme» porque nació y se crió -y vos lo sabes bien porque lo hemos hablado en otras entrevistas- «menos que pyme», donde fundamentalmente cuando me tocó vender zapatos en el mayoreo, era mucho más noble y pagador el pyme que el grande. Cuando uno le presta a la pyme, tiene la sensación de que continúa con la autoridad, mientras que cuando le presta al grande, muchas veces pierde autoridad en la discusión porque queda esclavo de a quien le prestó para que le pague. Así que, vamos a profundizar esa idea, porque como Banco, dada la cantidad de bocas y de gente, lo podemos hacer. Si fueras un Banco nuevo que está comenzando, y te ofrezco este negocio, me preguntarías: «¿pero qué capacidad administrativa tendríamos que tener?». Bueno, el Banco Nación la tiene, y en el área corporativa vamos a ir hacia allí.

Dentro del área Individuos, dado el conglomerado de aspectos que he mencionado antes, como ganar plata, ser eficiente, devolverle a la gente y demás, evidentemente la mayor demanda popular que hemos recibido en el Banco desde que nos instalamos -y esto lo sabes vos, lo sé yo y cualquier ciudadano- es la de créditos hipotecarios o, por ejemplo, yendo nuevamente a la parte más baja, la demanda de crédito jubilatorio. Entonces, hemos tomado la decisión de no competir en créditos para electrodomésticos o para tarjetas de crédito, que si bien lo podemos hacer, no somos un banco privado, así que vamos a ir tras el objetivo de llegar a la gente. Este tema es muy importante porque cuando nosotros asumimos en el Banco -volviendo a tu primera pregunta- había más de 100 mil millones de pesos que «el progresismo inclusivo» depositaba en Lebacs. Entonces, mirá vos que «extraordinaria política crediticia de crecimiento inclusivo», depositá en Lebacs a la tasa más grande del mercado, llenarte de oro en el balance, pero te estás perdiendo de más de 100 mil millones de pesos de prestarle a la gente, que ya sé que te empeora el balance y te obliga a trabajar, pero esa es un poco nuestra tarea de servidor público.

 

– ¿Cuáles son los tiempos previstos? La impresión es que los argentinos le exigen al gobierno resultados de inmediato, cuando durante los años anteriores no realizaba quejas al respcto…

– Muchas de estas cosas las empezamos a pensar desde el primer día, pero recién a los seis meses pudimos estar implementando y aceitando el crédito hipotecario.

Siendo hincha de Racing, entiendo de eso, porque a cada técnico que asumía le pedíamos el campeonato en el primer mes sin acordarnos de los 35 años previos. Después de Merlo cambió, y después de Cocca cambió más, pero la impaciencia es natural. «Calavera no chilla», y esto vale para el Presidente de la Nación, con quien lo hemos hablado varias veces, respecto a que la gente pide rapidez, dinámica y demás, donde nosotros repetimos hasta el cansancio que lo que no se hizo en 12 años no se va a hacer en seis meses, vale para la Presidencia y para el Banco. Por ejemplo, el Crédito Hipotecario recién se está «fluidizando», y pensemos que estamos haciendo esta entrevista a sólo una semana de haberlo lanzado.

 

– ¿Cuáles son las características y los requisitos de estos nuevos créditos hipotecarios lanzados a fines de junio por el Banco Nación?

– Hasta el viernes 1° de julio teníamos 8000 solicitudes y 190 mil entradas a nuestra página web. Pensemos que este Banco, en el récord de todos los tiempos, entregó 5000 créditos en un año, mientras que ahora tenemos 8000 solicitudes -no entregas- en una semana. Lo que quiero decir es que esto muestra que este Crédito Hipotecario va a ser el más exitoso. El fondeo es cien por ciento del Banco. Respecto a los requisitos, el mayor de todos es «vivienda única, primera vivienda»; y el segundo requisito es que la cuota no puede superar el 30% del ingreso del solicitante. El crédito es de un valor de hasta 2.500.000 de pesos, en el cual el préstamo es el 80% de este valor. Siempre digo que se puede pedir más o menos, pero en un crédito de 1 millón de pesos, es una cuota de 11 mil pesos, para un suelo de 36 mil pesos. El plazo máximo es de 20 años, en pesos, y con los primeros tres años, la cuota es fija. Otro dato revolucionario de este crédito es que permite agrupar al padre, a la madre y al hijo para conseguir la masa salarial. Por lo tanto, tiene co-deudores, que pueden ser el padre y la madre si el crédito es del hijo, para poder reunir el salario acorde que te dé el 30% en cuotas. El solicitante puede pedir 500 mil, 1 millón y hasta 2 millones. Básicamente, con este crédito hipotecario nos propusimos dar certidumbre, y esta última en el crédito tiene especialmente dos focos: el primero de ellos es que en los primeros tres años la cuota es fija, esta es una certidumbre. La gente se mete a 20 años, pero sabe que en los tres primeros está tranquila. ¿Qué viene en el cuarto año o en la cuota 37? Damos la segunda certidumbre porque nunca va a poder subir más que el promedio salarial de la economía. Quiere decir que, en este sentido, la cuota da la segunda certidumbre, que si bien se empieza a mover, si hasta ahí lo pudiste pagar porque fueron tres años donde tu sueldo se siguió acomodando y la cuota quedó fija, de la cuota 37 en adelante, vas cómodo. Insisto con un tema -y esto fue un pedido riguroso para todos del Presidente- y es no perder plata. El Presidente se autodefine como «el cartonero Báez» y yo me autodefino como «el cartonero Báez dos», así que en ese sentido, somos muy duros respecto a esto. Pero simultáneamente, no entramos en la pretensión de poner al banco en «Euromoney» en materia de dividendos, porque esa no es nuestra función. No somos el Bandes ni Euromoney. Somos el Banco de la Nación Argentina.

 

– ¿Cómo es la sinergia entre el Banco y otras entidades del Grupo Nación?

– Dentro del grupo, existen entidades importantes como Nación Servicios, Nación Seguros o el propio Nación Fideicomisos, que ha estado con un conjunto de conflictos donde en la previa al 10 de diciembre estaba en un cien por ciento a disposición de la justicia y, más allá de que no hacemos ningún «bombo», eso está corriendo naturalmente, frente a cada pedido de la justicia o de algún fiscal respecto a qué ocurrió antes en el Banco o en el Fideicomiso, o lo sucedido entre Gerardo Morales y Milagro Salas, eso corre con naturalidad.

Como le ha ocurrido a cualquier banquero en la Argentina, existen negocios que generan otros negocios que uno los puede tercerizar o asumir. El banco ya los tiene y estamos tratando de mejorarlo y eficientizarlo, donde estamos tomándonos un tiempo adecuado para ver esas nueve compañías adicionales que posee el Banco, si todas tienen valor, si tienen futuro y si funcionan bien. Queremos ir tranquilos, el Directorio las mira también, y en algún momento vamos a darles la versión final a todas esas compañías.

 

– ¿Cómo observa las políticas implementadas por el BCRA y cómo se alinea el Banco Nación respecto a las mismas?

– El Banco Nación para el BCRA es un Banco más, nada más que es Agente financiero del Tesoro y es un tercio del sistema, es decir, se trata de un jugador de los grandes por decirlo de alguna manera. Así que, por un lado, es importante por tamaño y, por el otro, por la relación que tiene con el gobierno. En este sentido, el Banco tiene todo un conjunto de disposiciones que cumplir con el Banco Central, con las regulaciones financieras, Basilea y los temas de lavado, que afortunadamente están porque en el fondo el Banco maneja depósitos de la gente. Se trata de algo muy importante y es uno de los puntos que he comentado anteriormente, donde no estamos dispuestos a pedir ninguna salvaguarda porque no nos interesa y porque el Banco tiene que cumplir. En la parte financiera, y como Agente financiero del Tesoro, quien es un puntal es el Presidente de la Nación, porque nos da la instrucción y simultáneamente el paraguas contra el resto del sector público, para que al Banco no lo molesten. Esto último significa que el Banco tenga una tarea profesional. Aquí no existe «te mando a fulano o mengano, atendémelo», sino que cada uno cumple su función. Y nuestra función es estar abiertos, tener predisposición y recibir a todo el mundo, es decir, cumplir con lo que es nuestro mandato de banqueros.

 

– Dentro del Gabinete Nacional, ¿participan en las decisiones de política económica?

– No. Estamos circunscriptos y abocados cien por ciento a la tarea del Banco. Por supuesto, el Banco tiene mucha relación y afinidad en términos de cómo se van tocando con otros conjuntos de decisiones, por ejemplo, la política monetaria del Banco Central o la diaria del mercado cambiario; y en relación con otras dependencias que pueden incluir el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Salud o la Jefatura de Gabinete y, desde ese punto de vista, el Banco Nación participa en términos operativos, no en términos de «políticas». En materia de políticas, el Banco es el Banco por él mismo.

 

– ¿Qué reflexión hace sobre el tema del blanqueo de capitales y qué expectativas le genera respecto a la inversión?

– El blanqueo tiene dos aristas, una el quantum, y otra hacia dónde va dirigido, porque no es lo mismo exteriorizar que comprar bonos o que la inversión productiva. En este sentido, estoy positivamente expectante pero no arriesgo números, ni cuándo ni dónde ni cómo, porque para mí es de una respuesta imposible, excepto que uno es optimista.

 

– ¿Es optimista como otros funcionarios del Gobierno respecto a que en este segundo semestre o en el último trimestre del año va existir una mejora de la situación? ¿Qué le preocupa?

– Sí porque pertenezco a este gobierno y somos parte de un equipo. El Presidente me honró con este cargo superlativo y lo acompaño desde acá.

La ansiedad es un tema que me preocupa, y también que muchas distorsiones que tiene la economía argentina son históricas y hay que resolverlas, es decir, no es sólo herencia de la década, sino cuestiones de 50 ó 60 años. Me preocupa que dominemos las ansiedades, porque hay algo que es totalmente cierto y de estar más de 10 años al lado del Presidente y haber hecho campaña con él, personalmente estoy totalmente permeabilizado respecto a que venimos a trabajar para la gente, entonces en un país tan descreído, esto requiere que al final se vea. Por eso, cuando tomamos el compromiso del crédito hipotecario, el de los autos o el de acompañamiento a las pymes, y uno va caminando por un restaurante -como me pasó recientemente en Mendoza- y desde adentro de la cocina los cocineros golpean y me preguntan si nos podemos sacar una foto, y uno les pregunta el porqué, responden que porque ven que el Banco está tratando de llegar y prestarle a la gente, lo cual para nosotros tiene un impacto fenomenal. Hasta le pregunté a algún colaborador si eso estaba preparado, y cuando me respondió que no, me volvió el alma al cuerpo respecto a lo que uno está haciendo va en el sentido correcto. Por lo tanto, lo que me ocupa -más que preocupa- es estar a la altura de las circunstancias.