Aunque todavía la campaña 2016/2017 no terminó, ya se evalúa que será récord. Se estima un volumen de producción de granos de 130 millones de toneladas.
Al 30-09-2016, la producción de seguros de Granizo había alcanzado los $ 208 millones. Esta cifra fue 200% superior a la registrada un año antes, al 30-09-2015.
El volumen alcanzado por el ramo al 30-12-2016 permitirá una mejor evaluación del impacto del aumento del precio y la cantidad de granos en este ejercicio, ya que incluirán el cierre de la campaña de fina. La alternativa a las coberturas multirriesgo podrían ser los seguros paramétricos.
Escribe Aníbal Cejas
Hasta el mismo mes de Febrero los productores agropecuarios seguían contratando algunas coberturas de seguros, antes del inicio de la cosecha de gruesa. Es que si bien los excesos de lluvia que se dieron al inicio de la campaña perjudicaron algunos planes de siembra, los que hubo después mejoraron los rendimientos de las plantas.
El Ing. Hernán Fernández Martínez, analista y consultor en Enrique Zeni y Compañía, sostuvo que la actual campaña agrícola viene realmente muy bien, «aun luego de las fuertes lluvias de principios de enero que generaron grandes dudas en Argentina y en el mercado referencia de Chicago».
«Los excesos de lluvias, al final de la campaña suelen generar grandes producciones pues los buenos rendimientos compensan con creces la superficie perdida por excesos de precipitaciones», indicó.
El especialista sintetizó los cambios en las superficies sembradas, en los volúmenes de cultivos y en los rendimientos, según cada uno de los seis cultivos principales (ver cuadro).
Girasol, Maíz y Trigo aumentaron su superficie sembrada entre 24% y 40%, entre los ciclos 2015/2016 y 2016/2017. Estos mismos cultivos también incrementaron su volumen de producción, entre 24% y 39%.
La Soja se destaca con un volumen de producción estimado en $ 55 millones de toneladas.
El Girasol y el Trigo mejoraron sus rendimientos, 5% y 12% respectivamente.
¿En qué medida el sector asegurador fue receptor de esta ‘bonanza’ en el agro? Para saberlo, es necesario conocer la superficie sembrada, la suma asegurada (que aumentó, en general porque las producciones incrementaron su valor), y las tasas.
Sobre todo esto dialogamos con un grupo de Brokers de seguros especializados en Agro.
En primer término, Nicolás Zuccarino, Director Adjunto de Agro de AON Argentina, apuntó: «El proceso comercial de coberturas agrícolas está prácticamente concluido.
Hoy estimamos que esta campaña cerrará con una pérdida de superficie asegurada que podría ubicarse en torno del 8% a 12% respecto de la campaña previa.
Los motivos que podrían explicar esta caída son varios. Por ejemplo, en algunas zonas como el sur de Córdoba, sur de Santa Fe y Noroeste de Buenos Aires, los excesos hídricos han provocado una pérdida inicial de superficie asegurable, mientras que nuevos excesos hídricos post siembras han generado la baja de superficies aseguradas».
A continuación, Silvia García de Landolfi, Responsable del Sector Agropecuario del Broker de Seguros Álvarez Amuchástegui, reveló: «La venta de seguros agropecuarios mejoró considerablemente, aunque estamos lejos de llegar al techo del mercado, el desafío sigue siendo venderle a quienes nunca aseguran. Y se contrataron pocos adicionales. El adicional más requerido fue el de ‘helada’ en la fina.
El cultivo predominante ha sido, como siempre, la Soja, aunque se sintió un fuerte aumento en las áreas sembradas por Maíz».
Por su parte, Miguel Ronco, Presidente de Agraria Productores y Asesores, con sede en Rosario, Provincia de Santa Fe, subrayó que hubo dos aspectos que definieron la suerte de los seguros agropecuarios en la presente campaña: «Por un lado, no se ha verificado un aumento significativo en la superficie asegurada, ya que principalmente se ha comprobado una sustitución de un cultivo por otro. Hay que tener en consideración la pérdida de superficie como consecuencia de intensas lluvias que redujeron también la posibilidad de siembra.
Lo que sí es importante es el incremento de las sumas aseguradas por hectárea, fundamentalmente en Cosecha Fina, por el fuerte incremento que ha experimentado el valor del quintal favorecido por la quita de retenciones y la revalorización del dólar.
Si bien el Trigo y el Maíz tuvieron un incremento de un 18% aproximado en la superficie sembrada, en desmedro de una pequeña disminución en la superficie de Soja, este último cultivo predomina en el número de contrataciones tanto por una mayor superficie cultivada (estimada en un 85%) mayor a la suma de los otros dos cultivos, como así también en un incremento en sus rendimientos, por lo que representa el cultivo con mayor suma asegurada global y, por la misma razón, en números de prima emitida».
Seguidamente, Ricardo Ladino, Vicepresidente de Agraria Productores y Asesores, destacó: «Si bien la mayoría de los contratos se suscriben bajo la cobertura básica de Granizo, éstos contienen en su alcance otras coberturas adicionales, según los planes de seguros y Compañías, tales como Planchado de Suelos, Resiembra, Incendio a los cultivos e Incendio de rastrojos.
Los adicionales tradicionales no comprendidos en las coberturas básicas, como los casos de Helada y Viento, tienen un bajo nivel de contratación en la zona núcleo, salvo en determinadas franjas como el caso del Sur Este de la Provincia de Buenos Aires y La Pampa para la cobertura de Helada y fundamentalmente en los cultivos de Girasol para la cobertura de viento».
Por su parte, Juana Capdepont, Gerente de Agro de DDN Brokers, afirmó que «no hubo un incremento importante en la cantidad de hectáreas aseguradas esta campaña con respecto a la campaña pasada» pero sí advirtió «un mayor interés de participación por parte de las distintas compañías, lo que llevó a una mayor competencia en el mercado y, en consecuencia, a primas más económicas que la campaña pasada».
«Cuando los números del campo mejoran -razonó-, esto se nota principalmente en mayores sumas aseguradas por hectárea y coberturas más completas y con mayor valor. Esta campaña se empezó a atisbar esta tendencia, y creemos que se va a ver más reflejado aun en la campaña que viene.
El cultivo predominante que se asegura es la soja porque es el cultivo con mayor cantidad de hectáreas sembradas. Del total de hectáreas sembradas, el 60% corresponde a la Soja, el 15% es Trigo, otro 15% es Maíz, 5% de Girasol, y menos del 3% es Sorgo y Cebada.
En cuanto a los adicionales, los riesgos más asegurados son heladas y vientos fuertes, seguido por el aumento en la suma asegurada en resiembra en soja. Esta campaña vimos un aumento en la contratación de heladas, sobre todo en Trigo y Maíz, que vino de la mano de una primavera bastante más fría que lo normal con heladas tardías importantes hasta noviembre y que a la vez fueron pronosticadas por los ‘gurus’ del clima».
Mientras, Rolando Batalles, Asesor en Riesgos Agrícolas de Agraria Productores y Asesores, detalló: «La mejora de los precios de cotización de los cultivos, la incidencia de los arrendamientos y los paquetes tecnológicos aplicados a los cultivos para lograr un mayor rendimiento, llevan a la necesidad de elevar la suma asegurada por hectárea, lo que se refleja en el incremento de las primas de seguros».
En sintonía, Zuccarino argumentó: «El volumen de primas del mercado argentino actual, básicamente seguros de granizo, es una función de ciertas variables como el valor de los granos, la suma asegurada, la superficie asegurada, la distribución de cultivos, las políticas comerciales, el tipo de cambio, la inflación, etc. En este sentido, es prematuro poder concluir respecto de la presente campaña. No obstante, nuestra estimación indica que la producción de primas estará levemente por encima de la campaña precedente, en términos de pesos nominales».
Sobre el particular, Capdepont enfatizó: «Los seguros agropecuarios se contratan, en su gran mayoría, en la época de siembra o en los primeros estadios del cultivo; por ende, cuando se contrata el seguro aun no se sabe si la cosecha será récord ya que la productividad final depende de muchos factores y, sobre todo, de las condiciones climáticas durante el ciclo del cultivo. Y este año vimos que se siguieron contratando seguros hasta mediados o fines de febrero.
En definitiva, entendemos que al haber mejorado los números del agro y que este año la cosecha será muy buena, habrá una buena repercusión en la campaña que viene».
Gap
Hay una distancia entre las coberturas de seguros que demandan los agricultores y la oferta que el mercado asegurador ofrece. Las causas son varias. De uno y otro lado. La demanda tampoco apoya algunos productos novedosos. Y las compañías no lograron aun estructurar una propuesta público-privada para el seguro multirriesgo. La alternativa serían los seguros paramétricos.
Ronco explicó que «la preocupación de los Productores Agropecuarios es lograr la estabilidad de sus ingresos que le permitan hacer viable su explotación en el tiempo, para lo cual, es necesario contar con las coberturas que incluyan otros riesgos como la sequía, inundaciones, excesos de lluvias; riesgos de carácter sistémicos que no puedan ser resueltos por prácticas agronómicas a disposición del productor, como el combate a las enfermedades y plagas».
De todos modos, reconoció que «lamentablemente los intentos de implementar coberturas de Seguros Multirriesgo no han prosperado, a pesar de la experiencia de algunas aseguradoras, por la alta siniestralidad resultante y el alto costo que demandan las inspecciones previas para determinar el potencial de los cultivos».
Por ello, evaluó: «Los países que cuentan con estas coberturas lo hacen gracias a una fuerte presencia del Estado en el subsidio de las primas de seguros en favor del Asegurado. Sin este aporte y una masa crítica de riesgos compensados, las primas técnicas se harían muy elevadas para ser solventadas por los productores».
Fernández Martínez, dijo que, sin lugar a dudas, las coberturas que más reclaman los agricultores son «contra Sequía o Excesos de Lluvias, que podrían verse salvadas aunque fuera parcialmente con seguros paramétricos, que existen en otras partes del mundo, cubriendo una determinada cantidad de milímetros por ejemplo».
«Se hizo el intento varias veces con los ‘Multirriesgos’ pero implicaron mal resultado para las compañías aseguradoras y reaseguradoras, cuando cubrieron los niveles de rendimiento mínimos demandados por la producción agrícola», confió.
Al tiempo que García de Landolfi incluyó en la lista de coberturas necesarias a las destinadas a los cultivos frutales, Capdepont admitió que los «riesgos de sequía y de excesos de lluvia o inundaciones, cuando se dan, afectan zonas de grandes dimensiones como departamentos enteros y sus daños son importantes porque afectan gran cantidad de hectáreas».
«A la vez, son fenómenos que las nuevas tecnologías ya existentes están prediciendo. Hoy se habla de ‘años niño’ con lluvias por arriba del promedio o ‘años niña’ con lluvias por debajo del promedio», completó.
En definitiva, Zuccarino calificó: «A lo largo de los últimos 100 años la producción agrícola ha evolucionado de manera significativa, siendo hoy Argentina uno de los países con mayor eficiencia productiva agropecuaria. Sin embargo, aún no ha logrado avances importante en materia de seguros agropecuarios».
Animales
El ‘gap’ entre oferta y demanda de seguros en el sector pecuario es todavía más marcado.
Según Fernández Martínez ello se debe a que «las mortandades cubiertas están muy por encima de las mortandades promedio, son coberturas que para un productor ganadero promedio NO dispararían indemnización casi nunca, salvo una catástrofe sanitaria que en Argentina pocas veces o nunca hemos vivido».
A ese factor concreto el profesional sumó que «el tomador de decisiones en la Empresa Ganadera es super conservador y poco afecto a los cambios y nuevas herramientas».
Para Zuccarino, el «escaso a nulo desarrollo del seguro pecuario en Argentina obedece a múltiples explicaciones como temas culturales, de mercado, falta de recursos, déficit de infraestructura, falta de información, etc.».
De todos modos, García de Landolfi advirtió que «hay muchas consultas sobre animales en feedlot».
A esto, Ladino agregó: «La cobertura más común para la ganadería está relacionada con el transporte de la misma que ampara a los animales frente a los daños que puedan sufrir por accidente o robo durante su traslado.
Generalmente las tropas de hacienda que se encuentran en los campos no son aseguradas, a pesar de que en algunas zonas están sujetas a casos de robo, pero no son generalmente demandadas. Estas coberturas están reservadas principalmente para animales de pedigree, animales de competencia o reproducción».
Evaluación
Con todo, García de Landolfi calificó el nivel de satisfacción general de los productores agropecuarios como «bajo» porque «busca más amplitud de coberturas, menores franquicias y menores costos».
En cambio, para Fernández Martínez esta valoración podría subirse a «parcialmente satisfecho», aunque aclaró: «Está claro que la herramienta del seguro de Granizo está bien arraigada y es bien conocida, pero esperan coberturas contra Sequía, el gran riesgo a cubrir que, de ocurrir, genera desastres productivos aun peores que los excesos de lluvia».
Para Zuccarino, «el nivel de satisfacción es medio», porque siempre tuvo ofertas muy similares y entiende que «hay productos superadores que ajustan mejor a su función de producción pero no ha accedido a ellos».
Por último, Batalles concluyó: «Si bien en los últimos años se han ido incorporando coberturas que acompañan al productor agropecuario desde la siembra de los cultivos y hasta su cosecha, siempre el clima deja alguna necesidad insatisfecha.
Otro factor que contribuye a la satisfacción del productor, es la respuesta que las Aseguradoras le brinden frente a la eventualidad de un siniestro, con peritajes ajustados a la realidad de los daños, la clara interpretación de las coberturas contratadas, y el pago en tiempo y forma de las indemnizaciones».