“Salir de la mentira y de la ficción es doloroso y lleva un tiempo que no va a ser eterno”

Gabriela Michetti analizó en exclusiva para Informe las fortalezas y debilidades del primer año y medio de administración de Cambiemos. Entre los logros, la Vicepresidente enumeró los cambios en la gestión de gobierno referidos, en primer lugar, a fortalecer las instituciones, a que la Argentina vuelva a ser mirada como un país ‘apetecible’ en términos de inversión, a haber vuelto al mercado de capitales en el mundo y obtener crédito, así como, haber logrado fortalecer las relaciones institucionales de la Argentina, entre otros. En términos de debilidades, mencionó la falta de tiempo para poder realizar todos los cambios necesarios para sostener el proyecto, y también los errores producidos en «el hacer».

 

Gabriela Michetti, Vicepresidente de la Nación Argentina, realiza un balance del primer año y medio de gestión.

– A 15 meses de gobierno de la administración Macri-Michetti, ¿cuáles considera que son las fortalezas y debilidades de esta gestión?

– En términos de fortaleza, lo más importante es que nos planteamos generar cambios en la gestión de gobierno, los cuales creo que son visibles. En primer lugar, todo lo que tiene que ver con fortalecer instituciones. Si bien se da en varios planos, el símbolo más claro de esto está en el Indec, en poder decir la verdad. Creemos que hacer un gobierno donde las propias autoridades hablan de ficción, es muy peligroso porque el problema no termina sólo en eso, sino en que además, si yo no creo cuáles son los problemas de la Argentina y no los veo en su dimensión, por supuesto no voy a estar haciendo políticas que sean adecuadas a solucionar dichos problemas. Entonces, como primer tema es muy importante esto de fortalecer instituciones y el símbolo más claro tiene que ver con decir la verdad. Cuando a veces hay indicadores que no son buenos para el gobierno, igual se dicen, porque es muy importante que la gente vea que «no estamos encerrados en un frasco», sino que estamos realmente sabiendo de qué se trata y recorriendo la realidad tal cual es. El segundo aspecto que tiene mucho que ver con los cambios es esto de haber vuelto a ser un país mirado en el mundo como una nación ‘apetecible’ desde el punto de vista de la inversión que, si bien necesita todavía recorrer un camino para tener las condiciones plenas de seguridad jurídica que la inversión necesita, de cualquier manera ya está en ese camino. Y además, lo que se va viendo por parte de gobiernos extranjeros de países desarrollados a los cuales les va bien, es que Argentina pretende liderar ese proceso en América Latina. Entonces, el haber vuelto al mercado de capitales en el mundo y poder tener crédito público y privado con tasas del 5%, 6% o 7%, realmente es un logro muy importante, porque no podíamos sacar crédito y si lo sacábamos, lo hacíamos con tasas del 13%, lo cual era lo mismo que no tenerlo. El otro tema que consideramos de suma importancia es que hemos logrado fortalecer las relaciones internacionales de la Argentina, no sólo en términos de la inversión, sino también de relaciones bilaterales con países muy importantes como Japón, Alemania, Australia, Canadá, España, Holanda, Emiratos Árabes, es decir, países que para la Argentina son realmente importantes desde el punto de vista de la cooperación técnica y el intercambio, me refiero a la cooperación científica, académica y, por ejemplo, a generar proyectos productivos que tengan una parte que se desarrolla en Argentina, otra que se desarrolla en ese país y, a su vez, un tercer mercado para poder exportar esos productos. Por lo tanto, estamos trabajando muy bien las relaciones bilaterales con países que son líderes del mundo, lo cual representa un cambio enorme. El otro cambio importante es que las empresas sienten que si hacen una inversión en la Argentina, pueden llevar su rentabilidad a sus países de orígenes, cosa que antes no sucedía y por ello era imposible que viniera una inversión a la Argentina. Por otro lado, existe un clima de convencimiento de que la Argentina no podía seguir generando proyectos populistas y demagógicos. Hay una enorme porción de la población, que es más del 50% -más o menos está entre el 55% y 65%-, que dice que nuestro país no puede seguir en esta lógica porque todos los potenciales que tiene en sus recursos naturales, recursos humanos y desde todo punto de vista, nunca pueden hacerse realidad -siempre termina siendo potencial- porque la organización que desde el Estado nos damos nos boicotea la posibilidad de ese crecimiento y desarrollo. Entonces, pegamos unas subidas enormes y unos saltos espectaculares porque las condiciones del sistema internacional lo dan. Es decir, si las commodities están altas o la tracción de la economía china y las economías del sudeste asiático, por su propio crecimiento, atraen los productos argentinos, entonces vamos «hacia arriba», pero resulta que después, cuando eso empieza a ser un poco más débil y la Argentina comienza a tener problemas con los ingresos de divisas, «se cae a pedazos» y cuando esto sucede, la crisis es más grave que la anterior. De esta manera, todas las crisis van dejándonos un poquito peor en los indicadores de desarrollo humano que la anterior. Me da la impresión que existe un porcentaje de la población que desde el año 2014 empezó a manifestarse a favor de un país más serio y que necesita instituciones. Recordemos las manifestaciones de alrededor de 2 millones de personas pidiendo justicia, que se implemente la Constitución, el estado de derecho y la división de poderes, en las que salían con banderas argentinas, y no a hablar de candidatos ni de ningún partido. Me da la impresión de que toda esa gente es la que hoy, sabiendo que es difícil seguir adelante con este proyecto porque estamos en medio del proceso más complicado que es el de poner las banderas y las raíces para que luego el proyecto pegue el salto del desarrollo, esa es la gente que hoy dice «tenemos que hacer algo serio porque, de lo contrario, la Argentina siempre va a estar potencialmente con un futuro maravilloso pero en la realidad nunca se va a dar». Ese sentimiento existe en una gran cantidad de gente. Entonces, desde el punto de vista de las fortalezas, me parece que existen muchos cambios que han generado ese sentimiento.
En relación a las debilidades, básicamente diría que existe un problema de tiempo, porque en un año y medio es muy difícil que podamos hacer la cantidad de cosas que hay que hacer para sostener este proyecto, y para que las raíces del desarrollo que pretendemos generar realmente se vayan metiendo en la tierra. Todavía es corto el periodo de tiempo en que estamos gobernando, con lo cual, esto ha sido una debilidad y todavía nos falta tiempo para seguir sosteniendo este proyecto.
La otra debilidad es que cuando uno está haciendo proyectos que tienen tanta necesidad de fortalezas y conocimiento técnico complejo, y además con una idea de revisar el Estado y ponerlo en función de respuestas a esa complejidad, con un Estado que viene teniendo mucho deterioro en los últimos años, obviamente se han producido errores, y éstos precisamente se producen en «el hacer». Cuando uno «está quietito», es muy raro que produzca un error, pero cuando uno está haciendo y en todo el espectro de las políticas públicas, obviamente que se pueden cometer errores porque, además, los mecanismos que tiene el Estado todavía son muy débiles. Nos falta una administración burocrática mucho más capacitada, y también sistemas de información y bases de datos que sean mucho más sólidos y comparables unos con otros. A veces, los sistemas de información de Anses no son compatibles con los de Pami ni con los que tiene Desarrollo Social, entonces se arman líos con las provincias. Por lo tanto, en este mundo hemos tenido debilidades y errores, pero básicamente tienen que ver con la temática del tiempo y de los elementos con los que uno cuenta para llevar adelante semejante desafío.

– Con los candidatos definidos para las Elecciones de medio término, ¿qué perspectiva visualiza respecto a la continuidad de este cambio o una vuelta a las anteriores políticas?

– Creo que existe un equipo de gobierno que está bastante consolidado como tal, y esto también es algo que se da por primera vez. Yo vengo trabajando en el Estado toda mi carrera profesional, desde que me recibí en el año 1988 siempre trabajé en el Estado como técnica, luego en el 2003 me dediqué a la política, pero conozco el Estado y la gestión pública muy desde adentro, desde los «dos lados del mostrador», desde la línea de la burocracia administrativa-técnica y también desde el lado de la política. Y lo que puedo decir es que nunca vi un proceso en el que exista un equipo de gobierno que pueda coordinar las políticas públicas de la manera en la que lo estamos haciendo, con un liderazgo que no es discutido por ninguno, que es el del Presidente. La verdad es que esto no lo vi nunca, siempre vi tensiones, un ministro que no se habla con el otro, o gente que no se conoce y está haciendo lo mismo en dos ministerios diferentes. Todo el tiempo, nosotros hacemos un esfuerzo de coordinación enorme, que obviamente tiene que ver con la Jefatura de Gabinete y con este mecanismo que diseñamos con el Presidente de dos Viceministros para dividir los ministerios y poder coordinar mejor todas las políticas públicas. Creo que esto nos va a dar la posibilidad de que el equipo político de candidatos que tenemos en el territorio también se sienta respaldado por las políticas públicas que estamos desarrollando en la gestión. Entonces, esto de comulgar y de encontrar la política electoral con la política de gestión que está llevando en el Estado, me parece que va a ser un refuerzo importante para nuestros candidatos, que no necesariamente van a tener los candidatos de la oposición, porque varios de ellos han pasado por una gestión de gobierno y no tienen mucho para contar como resultado positivo de sus gestiones. Por lo tanto, este 55% -a veces 65% dependiendo de la encuesta o pregunta que hagamos- de apoyo al proceso de cambio que estamos haciendo, me parece que es un porcentaje que está muy convencido de que la Argentina tiene que cambiar aunque sea difícil, porque en definitiva, ¿qué es lo que dice la gente cuando caminamos por la calle -como me conoce todo el mundo, cuando camino por la calle se me acerca mucho la gente a conversar- o cuando realizamos los timbreos? Te dicen «estoy mal, me complica, el poder adquisitivo es difícil, pero estoy convencida/o de que esto es lo que tenemos que hacer porque, de lo contrario, al final podemos estar bien otro rato, pero nos volvemos a caer y en la próxima caída estoy peor». La gente entendió esto claramente, es decir, comprendió que en cada caída, este serrucho que viene teniendo la Argentina no es «para arriba», no es un serrucho que en definitiva uno podría ‘bancar’, en el sentido de que si hacemos una tendencia mostraría que a pesar de las subidas y bajadas uno va en crecimiento. Ahora, cuando uno observa este serrucho y ve que la tendencia de 100 años a esta parte es para abajo, es muy doloroso porque se da cuenta que estamos perdiendo permanentemente potencial de desarrollo. Creo que la gente ha entendido esto y estoy muy convencida de que si seguimos trabajando día a día, con el esfuerzo y compromiso con el que lo estamos haciendo, la gente va a apoyar. No quiere decir esto que tenemos la elección ganada, tampoco que estamos seguros cien por ciento, ni estamos en una situación de soberbia de decir que «ganamos cómodamente». Eso nunca se produce así, se gana el día de la elección. Tenemos mucho convencimiento de que podemos ganar si nos mantenemos en nuestras convicciones. Si tomamos atajos o nos desviamos por alguna línea un poco más demagógica, creo que la gente lo va a notar y va a terminar castigándolo.

– ¿Cómo analiza las políticas desarrolladas respecto a dos pilares de la campaña presidencial, como fueron el tema de la ‘inseguridad’ y de la ‘pobreza cero’ donde no se han observado grandes avances en estos 15 meses de gestión?

– Es cierto que la inseguridad es un tema que se sigue sintiendo, donde continuamos sufriendo demasiadas muertes, que además son muy violentas y con un sentido de injusticia brutal, entonces es clarísimo que ese tema todavía no ha llegado a impactar como nosotros queremos que impacte en la vida de la gente, para que pueda caminar con tranquilidad por la calle, sobre todo en algunos lugares más que en otros, porque en algunas zonas del Conurbano es mucho más difícil. Me parece que estas son las cosas que tienen que ver con el tiempo. ¿En qué sentido? Nosotros dijimos que teníamos que combatir al crimen organizado, y sobre todo al narcotráfico, porque desde ese lugar se emparenta mucho esta inseguridad que le llega al vecino del Conurbano, o a los grandes cordones de las ciudades del interior. ¿Por qué? Porque precisamente es la droga la que termina generando mucha más violencia en los robos y en los asesinatos que vemos todo el tiempo, pero además genera muchos chicos vinculados al crimen, porque sienten que no tienen otro horizonte, otro futuro u oportunidad, se meten en esta lógica y terminan teniendo una corta expectativa de vida. Entonces, me parece que la inseguridad está muy ligada al combate del narcotráfico y del crimen organizado y, precisamente, la estrategia que ha tomado la Ministra de Seguridad y todo el gobierno en este sentido, de ir a lo estructural, a lo pesado y a los grandes narcotraficantes, criminales y delincuentes que existen en este tema, va a terminar generando realmente una especie de corte a la cadena del delito, de modo que, pensamos que cuando trabajamos ese tema desde lo estructural y, a su vez, empezamos a trabajar las políticas sociales -y ahora emparento con el tema de la pobreza- en una integralidad, es muy probable que tengamos resultados en un tiempo no muy lejano en esta inseguridad del día a día. Por supuesto que las dos cosas tienen que ir de la mano. Muy claramente se ve la lucha contra el narcotráfico y además una lucha que es de todos los días y que se da con muchísimo profesionalismo. A su vez, también estamos trabajando en ver cómo hacemos para que los chicos jóvenes tengan oportunidades de inserción estudiantil y laboral. Recordemos que hay muchos chicos que no estudian ni trabajan, y muchos de ellos podrían ya en el secundario empezar a tener contacto con la vida del trabajo, para que cuando salgan del secundario si no tienen ganas de seguir estudiando, directamente estén insertados en el mundo de lo laboral. ¿Y esto cómo se hace? Se está haciendo con educación, desde las escuelas que el mismo Ministro de Educación está haciendo, que son experiencias piloto que se están realizando en todo el país en alrededor de 140 escuelas, en las cuales estamos implementando esto de la educación dual, que es un modelo alemán que consiste en enseñarles temas que tienen que ver con lo educativo tradicional pero sumarle la cuestión técnica de lo que era anteriormente las escuelas técnicas, que tiene que ver con oficios, entrenamiento en empresas y directamente la pasantía en la empresa cuando están haciendo las cursadas en el secundario. Nuestra idea es ir a ese estilo de escuelas y estamos empezando con esto en cada provincia. Y además, se ha hecho un acuerdo con los 24 ministros de educación de cada provincia para ir avanzando en este sentido. La otra tarea importante se hace desde el Ministerio de Trabajo, el cual también está trabajando con subsidios y becas a chicos que pueden estar hoy en situación de calle, de no-estudio o no-trabajo, para que puedan tener una beca que, enganchada con la ley de emprendimientos, ley pyme o ley de trabajo joven, es decir, todos los otros instrumentos que estamos implementando, puedan realmente acceder al mercado laboral. Entonces, en cada uno de los ministerios, yo misma en la vicepresidencia, estoy haciendo un proyecto que tiene que ver con recuperar toda la industria textil artesanal argentina, y empezar a generar una capacitación masiva de personas que hoy no tienen trabajo, que pueden generar este trabajo desde sus casas, y que con una marca que vamos a proyectar desde la Argentina y un posicionamiento de dicha marca en el mundo, y con cadenas de comercialización que el mismo Estado va a buscar, porque esto es lo que no puede hacer la persona, ni el artesano, el joven o la familia, donde el Estado haciendo estas líneas de comercialización pueda generar esta capacitación para que miles de personas que realizan estos productos -que los vamos a hacer como prototipos, es decir, un determinado tipo de poncho, manta, alfombra o lo que fuera- terminen siendo un capital de trabajo para exportar, y que la línea de comercialización ya esté resuelta por el Estado. Entonces todas estas cosas requieren de tiempo. Yo estoy en la primera etapa del proyecto y suponemos que hacia el 2018 vamos a tener los primeros capacitados, las primeras miles y pico de personas que van a ser las experiencias exitosas de cada provincia. A partir de esto, queremos que luego sean decenas de miles, entonces todos estos proyectos que estamos realizando nos van a permitir hacia el final de la gestión mostrar cómo no sólo trayendo inversiones como Samsung, Nissan o Toyota, o todo que estamos trayendo para la minería, la industria siderúrgica o automotriz, sino también para cosas innovadoras como la industria artesanal textil, que constituye mano de obra intensiva pero que tienen valor agregado de diseño, ya que no realizan el mismo poncho exacto que está haciendo hoy un artesano en Salta, sino que realizan ese poncho con esas características más el diseño que se vende en el mercado del lujo sustentable del mundo, con lo cual, después se lo venden a un japonés de clase alta o a Hermès o Vuitton para que tengan una línea de edición limitada de 5.000 ponchos de una determinada característica. Por lo tanto, vamos buscando mercados de alto nivel adquisitivo donde los productos terminan siendo mucho más caros, y para la persona que está haciéndolos en una familia donde hay dos o tres integrantes haciendo esto, termina pasando de una clase sin recursos a clase media. Por lo tanto, hay muchas de estas cosas que estamos desarrollando con los emprendimientos, con las líneas de pymes y de artesanía textil. Luego, la idea es contagiar esta experiencia a la artesanía del cuero, de los dulces regionales, confitados, etc., como la experiencia que realizan los franceses que meten en una latita el pato confitado y lo venden en el aeropuerto. De la misma manera, nosotros podríamos vender desde la liebre en escabeche o la vizcacha en estofado, es decir, muchas de esas cosas que el mundo quiere comprar pero no tenemos producción para venderles, cuando en realidad eso es mano de obra intensiva y tenemos un conocimiento muy destacado para poder aplicar. ¿Pero cuál es el problema? Es que no está el Estado para generar en esos nichos la cantidad necesaria, el packaging y el marketing necesarios, y las líneas de comercio necesarias. Entonces, todo esto -que estamos desarrollando- conjuntamente con el trabajo en contra del crimen, va a unificar las dos cosas: lucha contra la pobreza y oportunidades de trabajo, y también lucha contra la inseguridad, porque los chicos y jóvenes que hoy no tienen un horizonte de oportunidad, lo van a empezar a tener. Se trata de cosas para las que se necesita un determinado tiempo. Lo que yo sí puedo decir es que hoy el Estado está trabajando de manera conjunta con los ministerios coordinados, articulados y con una única visión -no con cinco visiones diferentes- que es la visión clara de llegar a ser un país seguro, viable, razonable, con sentido común, seguridad jurídica, previsibilidad, normas y ajuste a derecho. Todo esto, que es lo que vamos haciendo día a día, es lo que nos termina dando este contenido de política pública que definitivamente la gente está notando, aunque sea difícil el comienzo, porque siempre salir de la mentira y de la ficción en la vida personal o familiar cuesta dolor, pero cuando se supera este dolor, salir de la mentira y tener la verdad sobre la mesa siempre sana. Esto es lo mismo en la historia de una sociedad. Salir de la mentira y de la ficción es doloroso y lleva un tiempo, que no va a ser eterno porque la Argentina tiene mucho potencial, entonces es un país que puede reconvertir rápidamente su situación pero hay que pasar ese tiempo, y una vez que se sale de esa mentira, la verdad sobre la mesa nos va a permitir sanar un país que viene tan lastimado de tantas gestiones en las que se ha hecho cualquier cosa, básicamente a través de la corrupción, la desidia y el abandono de lo público.