¿Qué huella puede dejar un MBA en un joven profesional? ¿Part-time o Full-time? ¿En Argentina o en el exterior? Son muchos los interrogantes a responder al momento de decidirse a emprender esta experiencia transformadora.
Escribe Aníbal Cejas
La sigla MBA significa Master in Business Administration. Es un posgrado que permite al alumno especializarse en la dirección de negocios y empresas. Los profesionales que cursan un MBA adquieren competencias y habilidades propias de la alta gerencia, tales como herramientas de comunicación, dirección financiera, dirección estratégica, marketing, operaciones, o recursos humanos, entre otras. Además, suelen incluir prácticas en empresas.
Pero también es una experiencia transformadora, en varios sentidos.
Los hay de distinta clase. Algunos están dirigidos a ejecutivos que desean ampliar su formación en los negocios.
Casi todos los MBAs son ‘generalistas’, es decir, que no se enfocan en un área específica del conocimiento, aunque también existen programas especializados en recursos humanos, por caso.
Pueden durar entre 1 y 2 años. Cuando la cursada se concentra en solo un año, se requiere una dedicación exclusiva y un gran esfuerzo, ya que el programa que habitualmente se imparte en dos años se hace solo en uno.
Aunque nacieron en el seno de las universidades, los MBA actualmente también se imparten en escuelas de negocios promovidas por empresas privadas.
Para conocer más al respecto, dialogamos con Susana Larese, Directora de Staton Chase Argentina; María Alegre, Directora del MBA de la Universidad del CEMA; Rubén Heinemann, Socio Director de Signium Argentina; y Romina Piñeiro, Gerente de Recursos Humanos de Allianz Argentina.
Claves
De acuerdo al testimonio de Rubén Heinemann, en Argentina, los MBA más atractivos para jóvenes profesionales de alrededor de 30 años que sienten que ya han trabajado bastante y que es hora de reimpulsar sus carreras profesionales, son los dictados en centros como el de la Universidad Torcuato Di Tella, Universidad de San Andrés, IAE, CEMA, o la Universidad Católica Argentina.
Ahora bien, ¿por qué un joven profesional decide cursar un MBA? Para Heinemann, entre los elementos que se tienen en cuenta hay bastante fantasía sobre algunos aspectos: «Cuando uno consulta a los jóvenes profesionales sobre sus motivaciones para iniciar un MBA, se suelen escuchar argumentos como ‘-para aprender…’ o ‘-para ampliar mis conocimientos’.
Igual, hago una distinción entre los MBA que se cursan en Argentina y los del exterior. Respecto de los que se cursan en nuestro país, la principal aspiración es ampliar los conocimientos o mejorar la posición en el trabajo actual.
Al final del día, el resultado final, desde mi punto de vista, no tiene que ver tanto con lo que se aprende en un MBA sino con los contactos que se obtienen. El MBA es una gran ‘pasarela’ donde los profesionales se exhiben frente a colegas, a empresas y buscadores de talentos. Cada profesional demuestra determinadas capacidades y habilidades, y el mercado ávido de talentos recluta ejecutivos. Parte del trabajo de reclutamiento consiste en buscar candidatos entre quienes están por terminar un MBA.
En el imaginario de quienes van a cursar un MBA está eso de que van a aprender contenidos relevantes para su carrera profesional. Pero no es solo eso. O tal vez no sea todo.
La realidad es que un MBA es un espacio extraordinario para conectarse con colegas y con organizaciones, y conocer nuevos negocios. Es un ámbito para adquirir nuevos conocimientos y relaciones que no se logran de otra manera.
Sobre todo los MBA fuera de Argentina, como los que se estudian en universidades norteamericanas, son un lugar donde los profesionales muestran sus capacidades a ejecutivos de organizaciones de alto nivel. Por ello los argentinos que realizan un MBA en EE.UU. tienen una aceptación muy importante porque están muy bien preparados. Y logran ocupar puestos de relevancia en las empresas.
En general, cuando el profesional argentino realiza un MBA en EE.UU. recibe propuestas para desempañarse tanto en el país del norte como en otro punto de América Latina, o incluso en nuestro propio país. Incluso también hay propuestas para Europa o Asia.
Es un ámbito muy importante para ampliar la carrera profesional.
En el MBA lo más importante son los contactos. Esto no quiere decir que en el MBA no se aprenda nada, al contrario. La formación que se adquiere es muy importante. Pero al final del día, las relaciones que se obtienen con otros profesionales y con empresas de alto nivel son fundamentales para el desarrollo de la carrera profesional.
Un MBA le puede cambiar mucho y muy positivamente la vida a un profesional argentino.
Y hacer un MBA en EE.UU. o en Argentina supone una enorme diferencia».
Después, Susana Larese detalló algunos de los aspectos que un profesional debe tener en cuenta para decidirse a realizar un MBA en Finanzas o Economía, en Argentina o en el exterior: «La decisión de realizar un posgrado, ya sea MBA o especialización en Finanzas, está relacionada con el plan de carrera que un joven profesional vislumbre para sí.
La carrera ejecutiva, ya sea en empresas locales o bien en corporaciones multinacionales, demanda un alto nivel de competitividad y profesionalismo. Y esto lo proporcionan, en lo teórico, los títulos de grado y posgrado. Luego se suman las competencias gerenciales que acompañan el efectivo desempeño del rol (visión estratégica, adaptabilidad, toma de decisiones, buenas relaciones interpersonales, etc.).
En el presente, es casi una condición necesaria que una posición de nivel ejecutivo se cubra con profesionales con carreras de grado y posgrado cumplidas, además del manejo fluido de un idioma».
A continuación, María Alegre, Directora del MBA de la Universidad del CEMA, evaluó la diferencia entre realizar un MBA en Argentina o en el Exterior: «En general, las personas que realizan un MBA en el exterior lo hacen en un formato full-time y dejan de trabajar, usualmente por dos años, en algún caso por un año.
En Argentina, a excepción de un grupo muy pequeño de personas que eligen no trabajar y hacen su MBA full-time, lo normal es realizar este programa en formato part-time, y estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Hacer el MBA trabajando requiere administrar el tiempo personal de manera más eficiente, además de que queda menos tiempo libre. Pero hace al proyecto mucho más sustentable en lo económico, al evitar el lucro cesante de no percibir ingresos durante la realización del programa. Además del aspecto económico, el estar trabajando mientras se realiza la cursada permite llevar al aula los problemas de la oficina y, recíprocamente, poner en uso cotidianamente en la oficina las herramientas que se van incorporando en el aula. Esto hace que las clases se nutran de manera importante de las experiencias y los desafíos laborales de los participantes, lo cual enriquece de manera significativa el proceso de aprendizaje.
Otra diferencia importante es que, tanto en Europa como en los Estados Unidos, que son los destinos más elegidos para hacer un MBA en el extranjero, el típico alumno de un programa de MBA tiene 25-28 años, y unos 3-4 años de experiencia laboral. Existen inclusive programas de MBA a los que se puede ingresar directo de la carrera de grado, sin experiencia trabajando en empresas. En algunos MBA de la Argentina esto es similar.
Pero en programas como el MBA de la UCEMA, los alumnos tienen una edad promedio de 34 años, y 12 años de experiencia laboral. La gran mayoría de los participantes del programa están en un rango de edades de entre 28 y 40 años, y todos cuentan con varios años de experiencia trabajando en empresas. Por lo tanto, se asiste a clase con personas más senior en lo laboral: con mucha más experiencia y, en promedio, un nivel más alto de responsabilidad en los negocios.
En todo el mundo el MBA es un programa de fuerte orientación práctica. Pero en el extranjero, por el perfil de los participantes y la dedicación full-time, la parte teórica suele tener mayor peso del que tiene en un MBA como el nuestro, donde los alumnos tienen la posibilidad de aplicar los temas de los cursos al análisis y resolución de problemas que encuentran en las mismas empresas en las que trabajan, a veces la empresa propia, a veces la de algún compañero de equipo».
Inversión
Realizar un MBA requiere una importante inversión en tiempo y en dinero. Y también existe una diferencia muy importante de costos entre los programas locales y los que se realizan en el extranjero.
Sobre este punto, Alegre resaltó: «El mercado de MBAs en el mundo es enorme y hay de todo, pero los programas insignia en los que le gustaría estudiar a cualquiera son extraordinariamente caros. Por ejemplo, un MBA en cualquiera de las top 20 escuelas de negocios de Estados Unidos o de Europa cuesta entre USD 85.000 y USD 110.000 de tuition solamente, esto es, lo que cobra la Universidad por la formación.
Sumando otros gastos asociados como materiales de estudio y seguro de salud, más los mínimos gastos de vida posibles por dos años, el proyecto requiere disponer de un presupuesto de USD 130.000 a USD 200.000.
Para estimar el costo real total, a eso hay que sumarle los ingresos perdidos por no trabajar por dos años.
No sólo es difícil contar con este presupuesto, sino que tampoco es sencillo recuperar la inversión realizada. Para lograr el repago de lo invertido hay que conseguir un trabajo de alta remuneración en el extranjero y quedarse a vivir afuera por varios años. Es casi imposible recuperar una inversión semejante en el mercado laboral de la Argentina.
En comparación, un MBA en la UCEMA cuesta $ 389.000, a un cambio de 20 pesos por dólar es poco más de USD 19.000. Y los estudiantes mantienen sus gastos de vida y sus ingresos normales mientras lo realizan. En nuestra Universidad, en 12 a 18 meses post graduación, los egresados reportan una mejora salarial del 63%, ajustado por inflación. Esto hace que recuperar lo invertido en promedio sea muy sencillo y que el programa se repague muy rápidamente. Por estos motivos, el realizar un MBA en Argentina es un proyecto no sólo más accesible sino también mucho menos riesgoso y, en promedio, más rentable».
Al respecto, Larese indicó: «Los MBA o posgrados en Finanzas o Economía tienen una duración de año y medio a dos años en la Argentina.
Las universidades argentinas más reconocidas en el mundo empresario son: IAE, San Andrés, Di Tella, UCEMA.
En cuanto a la inversión a realizar, se trata de entre USD 20.000 a USD 25.000 por año.
Los posgrados en el exterior, especialmente en Universidades muy reconocidas de EE.UU., demandan una inversión de entre USD 80.000 a USD 100.000 con una duración de 24 meses. Por supuesto que a este monto hay que agregar el del costo de vida durante ese lapso en el exterior».
Para Heinemann, «el MBA típico de 18 meses implica una inversión de USD 200.000, incluyendo el arancel universitario así como la mantención y el alojamiento».
Luego, Romina Piñeiro expresó: «Un MBA exige una dedicación de 12 a 19 meses, dependiendo la modalidad seleccionada (intensiva o regular). Muchas universidades ofrecen la posibilidad de cursar cuatrimestres en sedes ubicadas en otros países. En cuanto a la inversión económica, en Argentina estamos hablando de $ 620.000 por todo el programa».
Mitos y realidades
Dentro del conjunto de preconceptos acerca de la realización de un MBA, algunos son verdades constatables y otros meros mitos.
«La realidad es que un MBA, además de la formación académica que proporciona, también facilita una networking de contactos que en el mediano plazo ayudarían a la generación de negocios y a alcanzar mejores posiciones en las empresas más reconocidas», aseveró Larese.
En la misma línea, Alegre expuso sobre la importancia del networking o red de contactos en un MBA: «Por un lado está el valor de la red de relaciones directas que uno construye durante el programa. Se comparte clase con gente muy inteligente y preparada, de backgrounds muy diversos. Con lo que se aprende mucho de los colegas. Y se establecen lazos personales, inclusive amistades profundas, con personas que se constituyen en referentes de consulta, con expertise en diversas áreas del management y las más variadas industrias.
La segunda manera en la que se adquiere una red de contactos es que se pasa a compartir el sello UCEMA en el CV, en nuestro caso, con miles de personas que pasaron antes por el programa. Muchos de ellos hoy son CEOs o altos directivos en las empresas más importantes del país, y con presencia en todos los sectores, tanto en Argentina como en los principales mercados del mundo. Aunque no se conozcan, la relación con la UCEMA los hermana. Y un graduado UCEMA siempre está dispuesto a darle una mano, o brindar consejo a otro graduado UCEMA. Actualmente hablamos de una red de 8.000 graduados alrededor del mundo».
En el exterior
Larese también se refirió a aquellos aspectos que más se valoran sobre la realización de un MBA en el exterior: «Al menos existen tres razones principales para tomar la decisión de estudiar en el exterior: la primera es la búsqueda del prestigio de una educación en una casa de estudios reconocida mundialmente (Harvard, Wharton, MIT, Kellog) que probablemente genere un retorno de la inversión por las oportunidades laborales que ofrecerá.
Luego, la posibilidad de obtener mejores ofertas labores. Y finalmente, para aprovechar la oportunidad de vivir fuera del país de origen, lo cual proporcionará experiencias y relaciones de carácter global. Creemos que realizar estudios en el exterior, abre la mente a la comprensión de la diversidad. Y eso en un mundo de negocios global es importante y otorga competitividad. Pero, como siempre, la capacidad y personalidad de cada profesional serán decisivos en cuanto al éxito que puedan obtener en sus carreras como ejecutivos.
Podríamos decir que estos estudios facilitan las condiciones iniciales de acceso a buenos puestos pero no garantizan un desempeño exitoso».
Y confirmó que la importancia de la red de contactos es alta: «Finalmente, el mundo de los negocios, tiene mucho de relaciones interpersonales y experiencias compartidas. Por lo tanto, haber generado vínculos con ejecutivos de diversos países durante la carrera puede abrir puertas y facilitar el acceso a oportunidades atractivas de negocios».
Por último, Larese concluyó: «La decisión de invertir en un posgrado en el exterior es una de las tantas decisiones que un joven profesional debe plantearse en el diseño de su carrera ejecutiva y también para su vida. Ya que deberá considerar la inversión económica que representa, la inversión de tiempo personal (que restará a la familia) y la posibilidad de vivir fuera del país que en el caso de los argentinos no es una decisión fácil de alcanzar por razones afectivas. Y en el caso de pensar en formar una familia, elegir compañero o compañera dispuestos a compartir dichos objetivos».