Estadísticas oficiales de la Superintendencia de Seguros de La Nación arrojan que en un año se registraron 144.469 robos parciales de vehículos en todo el país en los cuales, en promedio, se roban una rueda cada 5 minutos. Este artículo desarrolla la problemática de la sustracción de neumáticos en constante aumento que, sumado a los altos costos de los mismos y a la facilidad en la comisión de fraudes, genera gran preocupación para las Aseguradoras. Por otra parte, presenta los alcances de la Resolución 542/2022, que contempla tres nuevas cláusulas adicionales a las ya existentes.
Escribe Dra. Gabriela Álvarez

«Dejé mi vehículo estacionado en la puerta de mi casa la noche anterior y cuando me levanté para ir a trabajar le faltaban las ruedas».
«El auto estaba apoyado sobre cascotes, piedras o maderas y las tuercas tiradas en el piso».
Estas son, sin duda alguna, las frases más escuchadas si hablamos de la problemática de la sustracción de neumáticos que se viene dando en constante aumento en nuestro país.

Dejar el vehículo en la calle implica actualmente someterse al riesgo de levantarse y encontrarlo sin ruedas por completo o, al menos, sin alguna de ellas; cerraduras forzadas para el robo de las ruedas de auxilio que se ubican dentro del baúl; malacates rotos por el robo de las ruedas de auxilio que van debajo de los vehículos, y todo ello en tan sólo cuestión de segundos.

 

Operatoria

La maniobra que utilizan para cometer este delito es rápida. Se requieren al menos dos personas, que se movilizan a bordo de un vehículo generalmente robado o con patente adulterada. Se suele realizar en horas nocturnas, debido a que hay menos circulación en las calles con gente que pueda observar la operatoria. Eligen un objetivo, se detienen cerca de él, le aflojan las tuercas de las ruedas y mientras uno levanta el auto con sus propias manos, el otro se lleva el preciado elemento.
Toda la situación dura apenas segundos, en general es captada por la cámara de seguridad privada de algún vecino aunque sin poder individualizar a los delincuentes y puede repetirse tantas veces como gomas le queden al auto. En líneas generales, los neumáticos de los vehículos suelen robarse en forma cruzada, por ejemplo, la delantera izquierda y la trasera derecha o la delantera derecha y la trasera izquierda, dado que para los delincuentes es más sencillo para liberar el espacio donde va la rueda y no necesitan utilizar cricket ni dejar el vehículo apoyado sobre algún elemento, aunque también son normales los robos de las ruedas delantera y trasera del mismo lado, en vehículo estacionados, ambas del lado que no apunta contra el cordón y también de las dos ruedas delanteras o las dos traseras.

En cuanto al robo de las ruedas de auxilio, en aquéllos vehículos donde la misma se ubica de fábrica debajo del auto, resulta tan sencilla su sustracción que, en muchos casos, los propietarios de los vehículos han decidido reforzarlas con cadenas o con candado, aunque ello no ha logrado evitar el robo de la misma. Cortan la cadena y logran robarla igual. En aquéllos vehículos donde la rueda de auxilio se ubica dentro del baúl, la situación se complica un poco más, ya que para acceder a la misma deben forzar alguna cerradura del auto con el riesgo de que se active la alarma del mismo. La cerradura forzada puede ser tanto la del baúl, como la de alguna de las puertas, bajan los asientos y desde allí acceden al baúl del cual sustraen el neumático.

Delitos

La comisión de este tipo de delitos ha crecido exponencialmente en los últimos tiempos. Estadísticas oficiales de la Superintendencia de Seguros de La Nación arrojan que en un año se registraron 144.469 robos parciales de vehículos en todo el país. En promedio, se roban una rueda cada 5 minutos.
El incremento exponencial de este tipo de robos tiene su causa en varias razones, pero fundamentalmente podemos resumirlo en las siguientes:

A los ladrones les conviene más robar las ruedas que el vehículo entero, ello se debe a que el robo no demora más que unos escasos segundos, se trata de un bien fácilmente vendible tanto en las gomerías como por internet en Mercado Libre o empresas similares, obtienen una alta ganancia de su venta debido al alto costo actual de las ruedas y se trata de un delito con una pena menor, ya que es caratulado como hurto y, según el Código Penal, se castiga con una pena que va desde un mes hasta dos años de prisión, por ende, al ser una pena menor a tres años, resulta excarcelable.

Si bien, en un principio, las bandas que se dedicaban a este tipo de delitos tenían como objetivo aquéllas cubiertas de vehículos de alta gama, actualmente el delito se volvió masivo y se expandió a todo tipo de neumáticos sin importar marca u origen de fabricación.

Pero la comisión de este tipo de delitos podríamos decir que es una cuestión cíclica, ya que el mismo sistema se queja pero, a la vez, se alimenta de ello.
La situación particular que atraviesa nuestro país genera que cometer este delito se vea fomentando por la misma necesidad de la gente que precisa resolver el problema en el que se encuentra y ello se debe principalmente a:
Las trabas a las importaciones, sobre todo si tenemos en cuenta que más del 80% de los neumáticos provienen del exterior, ya que localmente sólo los producen tres empresas: Fate, Pirelli y Bridgestone.
Una inflación sin techo.
La escasa oferta de cubiertas.
Los sobreprecios y el aumento que sufrieron todos los tipos de neumáticos.

Todas estas causales han provocado que el mercado negro de ruedas adquiera un protagonismo no deseado.Con demoras de hasta a veces meses para poder conseguir una rueda, dado que no hay en el país, los clientes terminan recurriendo al mercado negro donde la abonan más barata y ofrecen conseguirla en media hora.

Por otra parte -y como la contracara de esta cuestión- el elevado valor de las ruedas, las cuales aumentaron hasta un 80%, ha fomentado el surgimiento del auto robo, un flagelo contra el cual las compañías de seguros vienen luchando hace años, pero que se ha visto exacerbado por el aumento de precios de las ruedas y la imposibilidad de la gente de poder adquirirlas ante el caso de rotura o desgaste extremo de la misma.
Ello provocó que, ante esta situación que se le presenta al asegurado, decida denunciar el robo ante la compañía de seguros, preparar la escena para que el mismo sea creíble, realizar la denuncia policial, para la cual sólo piden fotos del vehículo y con eso se aseguran la reposición gratis del neumático/s. A todo ello se suma que, desde el punto de vista de las compañías de seguros, la comprobación de este tipo de actitudes de sus asegurados resulta sumamente difícil, puesto que suele no haber cámaras de seguridad, el asegurado con tan sólo esconder la rueda comprueba la falta de la misma y desde el ámbito asegurador no hay mucho más qué hacer.
Debemos sí destacar que ante el incremento de los auto robos, las aseguradoras han aumentado los controles de los mismos, a través de mejoras tecnológicas, la contratación de estudios investigadores de siniestros que analizan la situación del asegurado, las redes sociales, mantienen conversaciones con todo los involucrados tratando de contrastar hechos, el pedido de documentación para respaldar el robo no sólo fotos del vehículo o denuncia policial, sino también fotos del momento del hecho, fotos de las ruedas que tiene colocadas con número de dot, registro de llamadas realizadas al momento del hecho, captura de mensajes, entre otros. Incluso actualmente, hay alguna firma que está ofreciendo un servicio de detección de voz en las llamadas telefónicas, que ofrece -a través de su contratación- determinar si el asegurado se encuentra mintiendo o diciendo la verdad.
Ello se ve aún más exacerbado por el hecho de que uno de los principales problemas que presenta el fraude en seguros, y que retroalimenta su existencia, está relacionado con la falta de concepción del mismo como un delito. Es decir, gran parte de la sociedad naturaliza el hecho de estafar a una aseguradora justificándose básicamente en la concepción del seguro como un derecho adquirido del asegurado que, en caso de no sufrir un siniestro, puede hacer uso de él en cualquier momento, en la concepción de que «pagué tanto tiempo el seguro y nunca lo usé, que una vez que tengo que usarlo porque necesito el dinero ahora no me quieren pagar». Esa es básicamente, y en un vocabulario común para quienes se dedican a detectar fraudes día a día, la respuesta de los asegurados ante el planteo de un siniestro con aristas que no cierran.

Por otro lado, a las compañías de seguros también se les aplican las generales de la ley y deben cumplir con las exigencias del mercado y de los nuevos consumidores, que exigen practicididad, velocidad y respuesta, todo lo que atenta contra el intento de comprobación de un fraude. Es que las aseguradoras, en pos de dar un mejor servicio y más ágil, han eliminado en algunos casos muchos controles, en ocasiones presionadas por la misma competencia, sumado a la exigencia y el reclamo del asegurado y su productor asesor de seguros, por no tener una respuesta y necesitar usar el vehículo a la brevedad por ser su medio habitual de movilización.

Todas estas situaciones acarrean también un inconveniente en el tema de los accidentes de tránsito, que recordemos tienen índices altísimos en nuestro país, ya que al no haber productos para comprar, el consumidor utiliza por más tiempo aquellos que no tienen condiciones óptimas de rodamiento, lo que aumenta el riesgo de accidentes.

En cuanto a los neumáticos más robados, podemos destacar el auxilio del Peugeot 308, las 4 ruedas del Ford Fiesta Kinetic, las multirayo de Volkswagen y la de los Peugeot 207 y 408. Tengamos en cuenta que una rueda completa con llanta de aleación de este tipo de vehículos ronda los $ 120.000, aunque también encontramos en el mercado ruedas cuyo valor de mercado asciende a $ 300.000 por neumático.

Esta situación del aumento de los números de robos de neumáticos, sumado a los altos costos de los mismos y a la facilidad en la comisión de fraudes de este tipo, generó una gran preocupación para las aseguradoras, tal como lo fue el robo de estéreos en los años noventa. Ante ello y luego de varias conversaciones y presentaciones ante el organismo regulador -la Superintendencia de Seguros de la Nación-, finalmente este mes fueron escuchados.

Resolución 542/2022

Hasta el momento, las empresas de seguros ofrecían dos tipos de cláusulas en sus pólizas para la cobertura de las cubiertas, ante el caso de robo:
• Por una lado, una primer cláusula que estipulaba la reposición ilimitada de neumáticos, lo que la compromete a reponer, en caso de robo o hurto de una o más ruedas, otras de similares características a la original de fábrica para ese modelo, sin aplicar descuento alguno por depreciación.

• Por otro lado, la reposición limitada, a través de la cual la compañía se obliga a reponer, en caso de robo o hurto, como máximo una cubierta sin aplicar descuento alguno por depreciación, cualquiera sea la cantidad de robos que ocurran durante la vigencia del contrato.

Sin embargo, finalmente y a pedido de las cámaras y asociaciones del sector, la Superintendencia de Seguros de la Nación avanzó en nuevas alternativas de aseguramiento, al tiempo que implican la adopción de medidas de política criminal destinadas a la disuasión y consecuente prevención de los comportamientos de fraude en el seguro.
Es así que, a través de la Resolución Nro. 542/2022, publicada el lunes 25 de Julio del corriente año en el Boletín Oficial, la Superintendencia de Seguros de la Nación contempló tres nuevas cláusulas adicionales a las ya existentes, para el caso de la cobertura de ruedas:

1. Reposición limitada por cantidad máxima de ruedas.
2. Reposición limitada por cantidad máxima de eventos.
3. Reposición limitada por cantidad máxima de ruedas y de eventos.

Asimismo, la Superintendencia de Seguros de la Nación decidió lograr más claridad en los términos utilizados y, por ello, reemplazó el término cubiertas, por ruedas, haciendo referencia a todo el elemento completo compuesto por la llanta y el neumático.
Lamentablemente, esta situación de necesidad de controlar el tema de los auto robos de ruedas y, por ende, la comisión de fraudes por parte de algunas personas, termina repercutiendo en todos aquéllos asegurados que pagan su seguro regularmente y que denuncian el robo cuando realmente ocurrió. Implica tarifas más altas, más limitaciones a las coberturas, la implementación de un sistema más rígido de control de cada hecho, lo que genera una demora mayor en la reposición de las ruedas, entre otras.