Con una estimación de 95% de inflación para este año, Argentina es el cuarto país con mayor inflación a nivel mundial. El fenómeno inflacionario afecta a toda la sociedad en todos sus niveles y el ámbito asegurador no está exento de sus consecuencias, viéndose impactado por la desactualización de las sumas aseguradas, el infraseguro y la consecuente necesidad de estar constantemente actualizando dichos valores; pero además debido a las pérdidas de rendimiento financiero para las aseguradoras, generadas por la falta de instrumentos de inversión que le ganen a la inflación.
Escribe Dra. Gabriela Álvarez

En una nota publicada recientemente por el diario Ámbito, respecto del Panorama Mundial realizado por el Fondo Monetario Internacional, se advierte acerca de un importante aumento de los índices de inflación en todas partes del mundo.
Según el ranking elaborado por ese periódico, Argentina, con una estimación de 95% de inflación para este año, es el cuarto país con mayor inflación a nivel mundial, ubicándose detrás de Zimbabue, Venezuela y Sudán. En tanto, en Latinoamérica se ubica en el segundo lugar detrás de Venezuela.
La publicación de estas estadísticas y la lectura que la sociedad realiza de ella, no hacen más que afirmar la realidad con la que nos encontramos todos los días en nuestra vida cotidiana. Sin ir más lejos, el ticket del supermercado es el fiel reflejo del aumento que sufren todos los bienes día tras día y que afecta no sólo el bolsillo de quienes tienen un trabajo formal y aún pueden seguir subsistiendo, sino también el de aquéllos sectores más pobres que cada día ven más difícil la posibilidad de cubrir sus necesidades básicas con precios que no paran de elevarse.

La inflación es el principal problema actual de la economía argentina, no sólo porque afecta a los sectores más vulnerables, sino también porque es transversal a toda la sociedad, provocando un aumento no sólo de los alimentos, sino también de la vestimenta, cuotas de colegios, obras sociales, impuestos, seguros, combustibles, entre otros, algunos en mayor o menor medida, pero que igual reflejan un importante aumento. A los altísimos niveles de inflación que maneja Argentina actualmente, se suma la falta de productos, debido a la problemática de las importaciones y el encarecimiento de los bienes provenientes del exterior.
Otro inconveniente ligado a la inflación es la pérdida de un valor de referencia, en una economía que todos los días nos sorprende con nuevos aumentos, donde los salarios claramente no acompañan el crecimiento de la inflación, y el desconocimiento acerca de si un producto o servicio es caro o barato a la hora de su adquisición, se vuelve una realidad.

El fenómeno inflacionario, como mencionamos anteriormente, afecta a toda la sociedad y en todos los niveles y, por supuesto, el ámbito asegurador no está exento de ello, sector que particularmente se ve gravemente afectado por esta problemática, atento que un bien que hoy es asegurado por un valor, al poco tiempo ya quedó desactualizado, con los riesgos que ello implica no sólo para el asegurado sino también para el asegurador. A ello se suma que las inversiones que tienen disponibles las compañías, no logran cubrir los índices de inflación, lo que provoca que el resultado financiero no logre compensar las pérdidas técnicas.

Cómo afecta la inflación al Mercado de Seguros

El grado de afectación de la inflación al mercado asegurador, podemos evaluarlo desde dos puntos de vista:

1. Por un lado el daño directo que le genera a los asegurados, en relación a la desactualización de las sumas aseguradas, el infraseguro y la consecuente necesidad de estar constantemente actualizando dichos valores.

2. Por otro lado, las pérdidas de rendimiento financiero que provocan la falta de instrumentos de inversión que le ganen a la inflación para las aseguradoras, elemento fundamental a la hora de evaluar el resultado final de las compañías de seguros.

Desactualización de las sumas aseguradas e infraseguro
La inflación es actualmente el principal problema para el sector asegurador, principalmente porque provoca un desbarajuste en todas sus variables.
Hoy, los sectores comerciales de las aseguradoras están más abocados a la actualización de las sumas aseguradas, con el fin de preservar las carteras de seguros existentes, que a la generación de nuevos clientes. Por otro lado, resulta complicado para las aseguradoras trasladar esos aumentos al valor de la prima, sin provocar el enojo de los consumidores, máxime si tenemos en cuenta que en rigor de verdad no se trata de un aumento de la suma asegurada, sino de una actualización de la misma para volver al estado de situación inicial.

A esta altura, podemos destacar que la inflación sin ninguna duda afecta al seguro en todos los aspectos:
• Altera el equilibrio económico-financiero de las empresas de seguros.
• Incide negativamente en el mercado asegurador.
• Influye en el normal desarrollo y desenvolvimiento de los seguros de personas y de daños patrimoniales.
• Perjudica al asegurado en cuanto a la peligrosidad latente del infraseguro y a la minimización del capital asegurado.

Sin embargo, para comprender la situación más detalladamente, resulta imprescindible aclarar el concepto de suma asegurada, entendido como tal, el valor atribuido por la Compañía de Seguros a aquellos bienes objeto de la cobertura de una póliza. Dicho monto representa el límite máximo de la indemnización que la aseguradora deberá pagar ante la ocurrencia de un siniestro, en función de lo que esté previamente asegurado.
Ahora bien, la inflación provoca que en muchos casos la suma asegurada no alcance a cubrir la totalidad del valor del bien asegurado en caso de rotura o pérdida del mismo. En un país con inflación estructuralmente alta, los seguros están siempre en peligro de quedar desactualizados, en relación a la valuación de los bienes que se busca proteger.

Estos casos de infraseguro, donde las sumas aseguradas quedan desactualizadas por efecto de las constantes subas, salen a la luz ante la ocurrencia de un siniestro, momento en el cual ya es demasiado tarde para resolver el problema.
Nos referimos a infraseguro en aquéllos supuestos donde las sumas aseguradas por un bien son inferiores a los valores de reposición del mismo en el mercado real. Tal desfasaje puede darse, o bien al momento de contratar el seguro, por haberse realizado una incorrecta valuación del mismo, o bien puede surgir cuando aún contratando por el valor correcto del bien al comenzar el seguro, éste no se actualiza periódicamente provocándose la distorsión al momento de abonar el siniestro. El fenómeno inflacionario agrava aún más la situación, provocando que aumente aún más la brecha entre el valor asegurado y el valor de reposición real.

Esta problemática genera inconvenientes no sólo para el asegurado, quien en caso de producirse un siniestro cobrará su indemnización en función de una suma asegurada que resulta muy inferior al valor de reposición del bien en el mercado, sino también para las compañías de seguros, ya que hace a su imagen y muy probablemente genere denuncias y demandas por parte de los clientes, disconformes por el actuar de la empresa.

A todo esto, se suma una aceleración de los costos de los siniestros, por un lado debido a que muchos repuestos están cotizados en dólares, por lo que su precio aumenta por encima de la inflación; y por otro lado, porque la restricción de las importaciones provoca un aumento importante en la frecuencia siniestral. Lo que se espera para los meses venideros es que la rentabilidad técnica de la industria de seguros se vea aún más afectada, debido a la dificultad para trasladar a precios el aumento de la intensidad y la frecuencia en los siniestros.

Por otra parte, y ante esta situación, cuando las aseguradoras realizan el traspaso del aumento de los costos a los precios, muchos clientes optan por reducir sus coberturas o bien buscar alternativas de seguros más económicas, lo que termina provocando una guerra desenfrenada de precios entre las mismas compañías.
Ello se da dentro de un contexto donde la experiencia del cliente con respecto al servicio contratado con una empresa, se torna fundamental a la hora de tomar la decisión no sólo de continuar asegurado con dicha aseguradora, sino también de recomendar dicho servicio a sus colegas, amigos, familiares, entre otros.

 

Falta de inversiones que le ganen a la inflación
Otra arista de la inflación viene dada, ya no por la desactualización de las sumas aseguradas, sino en los inconvenientes que genera para las aseguradoras a la hora de evaluar las inversiones, que hacen a su resultado financiero.

Recordemos que durante todo este año, las compañías de seguros tuvieron tasas de interés negativas, es decir que colocan sus inversiones en instrumentos que poseen tasas que no llegan a cubrir los niveles de inflación.
Ello sumado al incremento de los costos que están como mínimo a la altura de la inflación, ha generado que a marzo de 2022, las compañías registraran pérdidas de $ 45 mil millones en los primeros nueve meses del ejercicio.
No debemos olvidar tampoco que las diferentes administraciones han prohibido a las aseguradoras invertir en monedas, títulos y valores extranjeros, obligándolas a invertir en papeles locales emitidos por el Gobierno, cuya rentabilidad resulta dudosa.

A los fines de zanjar estas cuestiones, lo deseable sería encontrar soluciones en el ámbito legislativo, que permitieran paliar el efecto inflacionario, en general, en materia de seguros y, en especial, en el ámbito de los seguros de responsabilidad civil, en los cuales la indemnización plena que asegura el Código Civil y Comercial a aquéllas víctimas de daños, no encuentra en el seguro que contrata el responsable de dicho daño la indemnidad perseguida, debido a la permanente desvalorización de la moneda nacional y la insuficiencia de los mecanismos indirectos, tales como los intereses.

Someter el tema al ámbito judicial, claramente tampoco resuelve la cuestión. Resulta evidente lo ineficiente de ello, donde al analizar la justicia, caso por caso, no sólo genera la lógica disparidad de soluciones que se darán dependiendo del juzgado que deba evaluar la cuestión, con la consecuente merma del principio de igualdad y de la seguridad jurídica, sino además por el dispendio de recursos del Estado volcados en el servicio de justicia para resolver uno de los aspectos del daño generalizado, causado por la inflación, que debería encontrar solución en la tarea debida del poder legislativo.