Analizamos los factores climáticos que inciden en esta campaña agrícola y sus efectos en la contratación de coberturas para el campo, así como también la evolución de la superficie asegurada, y los aportes de la tecnología al ramo, junto con Gustavo Mina, Gerente de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros; Santiago Cabral, Auditor de Riesgos Agropecuarios y Forestales del Grupo Asegurador La Segunda; María Ducret, Líder del Área de Agronegocios en RUS; y Andrés Laurlund, Gerente de Agro de Allianz.
Escribe Lic. Aníbal Cejas

Para comenzar, los especialistas analizaron los efectos de la sequía para el agro y el seguro agropecuario.
El primero en tomar la palabra fue Gustavo Mina, Gerente de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros: «La sequía está afectando de manera muy negativa toda la región núcleo del país. Se habla de pérdidas de más de 500.000 hectáreas de fina en la región de referencia.
En lo que respecta al seguro agropecuario, esta condición de sequía trae aparejado una reducción de las hectáreas aseguradas en granizo y/o la disminución de sumas aseguradas. También es una realidad que en años como estos se incrementan los pedidos de cotizaciones de coberturas multirriesgo y/o seguros paramétricos».

Lo sucedió Santiago Cabral, Auditor de Riesgos Agropecuarios y Forestales de La Segunda, quien al respecto dijo: «La sequía está impactando fuertemente al agro en nuestra región. En algunos casos retrasa las planificaciones de siembra de los cultivos de verano e incide de lleno en los rendimientos de los cultivos de invierno, los cuales, además del estrés provocado por la falta de lluvias, debieron soportar heladas tardías que acotaron aún más sus expectativas de colecta.

Desde el punto de vista del seguro, esta concurrencia de eventos trae aparejada la complicación adicional en la atención de denuncias de siniestros, de evaluar los daños en conjunción con las reducciones correspondientes de suma asegurada».

Seguidamente, María Ducret, Líder de Agro de RUS, manifestó: «La sequía ha complejizado la actividad con sus consecuentes pérdidas. En la actualidad agrícola vemos un panorama muy complicado, sobre todo en los cultivos de fina, particularmente el trigo, que fue muy afectado por cuestiones climáticas (sequía primero y heladas luego). En relación a los cultivos de gruesa, la situación está también comprometida, teniendo en cuenta que la recarga hídrica de los perfiles fue y es deficiente para sembrar. Esto provocó demoras en la siembra de maíz de primera, comprometiendo la realización del cultivo que puede llevar a un aumento en área de soja.
Estos eventos fuera de lo esperado nos hacen recalcular los modelos, repensar las predicciones, modificar las expectativas y, por ende, las condiciones comerciales. Las compañías aseguradoras debemos adaptarnos a las nuevas circunstancias climáticas y monitorear constantemente cuestiones vinculadas a eventos climáticos que ocurran o se estimen en las diversas regiones».

Por último, intervino Andrés Laurlund, Gerente de Agro de Allianz: «La sequía es muy severa, nunca antes vista por su extensión y su cantidad de tiempo. Recién esta semana hubo lluvias en gran parte de la zona agrícola. Sin embargo, en otras partes no llegó a ser suficiente, como en Santa Fe y Córdoba.
Esta sequía nos afectó en una menor suscripción en la cosecha fina. Una caída del 40%, 50% del portfolio, de la intención del aseguramiento, producto de la sequía y la pérdida de cultivos. Y a eso hay que sumarle unas heladas muy importantes, sobre todo en la zona central del país, que afectaron muchísimo. Después de la sequía, la helada del 9 de octubre fue lapidaria».

Gustavo Mina, Gerente de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros; Santiago Cabral, Auditor de Riesgos Agropecuarios y Forestales de La Segunda; María Ducret, Líder de Agro de RUS; y Andrés Laurlund, Gerente de Agro de Allianz.

Siniestralidad

En este marco, los especialistas nos contaron los resultados de la campaña 2021/2022, y las expectativas para el siguiente ciclo.
La ronda comenzó con Cabral, quien relató: «La siniestralidad de la última campaña se terminó consolidando en 67%. Esto representa un valor cercano a lo esperado para poder afrontar los gastos de estructura y comercialización, y a su vez preservar un mínimo margen de beneficio.
Respecto a la campaña en curso, es prematuro hablar de siniestralidad porque estamos en proceso de evaluación de los daños denunciados durante el mes de octubre y, en consecuencia, los mismos no han sido liquidados. Sin embargo, podemos mencionar que ha sido un mes atípico en cuanto al número de denuncias recibidas, que duplicaron el promedio de nuestra serie histórica de los últimos 12 años. El riesgo por excelencia denunciado fue el de helada, que hasta el momento ya concentra el 87% del total».

Por su parte, Laurlund remarcó que habían tenido una muy buena campaña, a pesar de que «en las últimas campañas hemos tomado medidas de selección y de estadísticas con una suscripción cautelosa».
«Hubo una siniestralidad del 50% en la última campaña. Si bien fue una campaña buena en general, estamos muy conformes con la siniestralidad. Y los siniestros que sufrimos, en su 80% ó 90%, fueron causados por el granizo», destacó.

Desde Sancor Seguros, Mina compartió: «Hemos finalizado la campaña 21/22 con una siniestralidad del 66% y eventos de todo tipo. Grandes incendios en forestaciones en la provincia de Corrientes, tormentas muy severas de granizo por el centro-sur de Santa Fe que afectaron muchas hectáreas a mediados de diciembre, vientos en Girasol en el oeste de la provincia de Buenos Aires y heladas de magnitud en marzo, que han afectado seriamente cultivos tardíos.
Para la campaña 22-23, en cuanto a aseguramiento, estamos viendo una disminución de hectáreas aseguradas, fundamentalmente en fina, ya que las condiciones de los cultivos son malas a regulares. En gruesa estamos bien porque el productor agropecuario se adelanta a contratar antes de sembrar, por los beneficios que otorgamos ya sea con los packs de precampaña y/o la financiación de las pólizas, y ello hace que se adelanten las ventas.
En cuanto a los siniestros, se han producido heladas muy importantes que estamos tasando en estos momentos y por lo que estamos viendo, en algunas regiones son de daños considerables».

Ducret cerró la ronda con los resultados de RUS: «En siniestralidad, en líneas generales fue muy buena. Considerando los resultados del mercado, estuvimos unos puntos por debajo de la media.
La campaña finalizó con buenos resultados tanto en producción como en siniestralidad, esta última con porcentajes por debajo de la media del mercado, con eventos muy fuertes de heladas en zonas de Buenos Aires que han impactado fuertemente en el aumento de la siniestralidad.
En cuanto a las perspectivas para el ciclo 2022/2023, nos estamos focalizando en el desarrollo de nuevos mercados junto a nuestros productores de seguros y haciendo foco también en las alianzas que hemos construido con actores fuertes del sector, como también ofreciendo opciones innovadoras a la hora de cancelar el pago de las pólizas, como es la criptomoneda Agrotoken».

Sequía e Incendio

¿Qué respuesta brinda el mercado asegurador a los riesgos de Sequía e Incendio?
Cabral expuso: «Ambas demandas han estado siempre presentes en el mercado asegurador argentino y podríamos decir que, hasta el momento, el encuentro con la oferta ha sido satisfactorio con respecto al riesgo incendio, pero no tan así respecto al riesgo sequía.
Respecto a Incendio, la mayoría de las coberturas básicas lo incorporan como adicional al riesgo principal de granizo en sus dos modalidades. Esto es como incendio de cultivo, y como incendio de rastrojos, que comenzó a tener muchísima preponderancia desde la consolidación de la práctica de siembra directa en nuestro país.
En cuanto a la Sequía, el encuentro entre la oferta y la demanda no ha resultado tan sencillo. Las experiencias de multiclima o multirriesgo llevadas adelante mediante mecanismos tradicionales de generación de umbrales de rendimiento han venido fallando o, en el mejor de los casos, no han podido avanzar sobre los niveles de adopción pretendidos y enunciados por la propia demanda. En aquellas oportunidades en que se decidió obviar los efectos de la selección adversa, los resultados siniestrales fueron catastróficos, y en aquellas en que se prestó atención a la problemática, operando sobre posiciones equilibradas entre la frontera del riesgo y el precio, estos últimos resultaron onerosos y provocaron la retracción de los usuarios. Debe ponerse especial consideración en este punto al observar la coincidencia entre las regiones donde aumenta la probabilidad de déficit hídrico de los principales cultivos sembrados, y la pérdida de rentabilidad por la misma razón enunciada que entrega, en consecuencia, menos margen económico para afrontar un costo más, precisamente el del contrato de seguro.
La probabilidad de déficit hídrico para los períodos críticos de los principales cultivos sembrados en Argentina, no se expresa en todo el territorio con la misma frecuencia con la que se presenta, por ejemplo, el granizo. Esto altera la percepción del riesgo de los asegurables. Asimismo, se debe adicionar el progreso en el nivel de predicción que fueron tomando los pronósticos ENSO. Esta variable, cada vez más considerada por productores agrícolas y asesores, muy probablemente se constituya en un nuevo elemento de selección adversa temporal, lo que adiciona una complicación para los equipos de trabajo que deben estimar las pautas tarifarias».

Desde Allianz, Laurlund aseguró que no están trabajando herramientas de coberturas de sequía. Sin embargo, remarcó: «Hubo mucha demanda de coberturas adicionales como heladas. Aquellos que tomaron la decisión de asegurarse temprano, tienen una cobertura y una parte de sus pérdidas aseguradas, porque hoy estamos liquidando siniestros y evaluando los daños producto de heladas en la cosecha fina».
Ocurre lo mismo en incendio y el profesional aclaró: «Siempre fue un adicional en la cobertura de granizo, sin diferencial de precio. Es parte de la cobertura básica. Tenemos muchos casos de incendios, producto de la sequía también, y de las altas temperaturas.
Otra causa de incendio son las cosechadoras, cuando trabajan en momentos de mucho calor, al mediodía, es muy común que una máquina se prenda fuego, se incendie y afecte los cultivos.
Muchos agricultores valoran mucho la cobertura, porque han sufrido los incendios y en ocasiones son imparables. Abarcan bastante superficie».

A su vez, Ducret afirmó: «En relación a coberturas de incendio y sequía, la demanda se ha visto incrementada, considerando las condiciones del clima por todos conocidas: el fenómeno ‘La Niña’ nos impacta por tercera campaña consecutiva.
En RUS Agro trabajamos con coberturas integrales para el sector agroindustrial, a medida de las necesidades de nuestros clientes, dependiendo de la actividad productiva que desarrollen.
En estos casos, es fundamental analizar el tipo de producción, los ciclos productivos y sus variaciones, cuáles son las tareas que se realizan, cómo es la composición de la explotación, etc. No es lo mismo tener cultivos intensivos a cielo abierto que producciones bajo cubierta o con mayor implementación de tecnologías. Además, es importante tener bien en claro los riesgos que solicitan cubrir, las sumas aseguradas expuestas a riesgo y qué deducibles o franquicias a cargo de los asegurados se pueden aplicar para disminuir el impacto negativo en la cartera del seguro en caso de siniestros. Por ser riesgos concentrados, el impacto de un siniestro se ve magnificado.
En función de los riesgos que buscan cubrir, también es importante analizar cómo varía la siniestralidad de dichos eventos. Esto implica principalmente tener un Contrato de Reaseguro que pueda respaldar las operaciones».

Mina cerró la ronda explicando: «Los productores, en relación a estos riesgos, suelen buscar coberturas que indemnicen la diferencia entre los rendimientos garantizados y los rendimientos obtenidos (siempre hablando de mermas causadas por eventos cubiertos). En esta línea se engloban los seguros multirriesgo, donde se amparan daños climáticos (no biológicos).
En SANCOR SEGUROS ofrecemos el multirriesgo agrícola, una herramienta que permite garantizar la inversión de la empresa agropecuaria ante cualquier evento climático, fundamentalmente ante sequía e inundación.
Por otro lado, contamos con un innovador seguro de sequía basado en el índice satelital de déficit hídrico (TDVI), cuya finalidad es cubrir variaciones extremas de déficit hídrico en los cultivos de soja y maíz. Dicho índice es publicado por un organismo público como la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales)».

Superficie asegurada amesetada

Tal como lo indica la encuesta sobre seguros agropecuarios que, desde el año 2004, publica la SSN, revela que (para el ciclo 2020/2021) el 78% de las primas se originaron en coberturas contra Granizo. Un 20% correspondieron a Granizo + Adicionales, 1,3% para Seguros Paramétricos, y menos de 1% para Multirriesgo.
Las Oleaginosas explican el 53% de las primas, los Cereales el 44%, y el resto de los cultivos (arroz, frutas, y un largo etcétera) el 3% restante.
Y como se indicó, es el tercer año consecutivo que el fenómeno de La Niña está presente en la geografía argentina. Esto significa que las perspectivas de lluvias no son muy alentadoras. Sobre todo, la parte oriental del país va a seguir con déficit de lluvias, y el pronóstico para diciembre indica que esta situación continuará, incluso durante el inicio del año 2023. Se sabe que este período Niña llegará a su fin, pero aún falta para ello.

Los precios de los granos y los factores climáticos influyen en la evolución de la superficie asegurada.
Al respecto, Laurlund indicó: «Si bien se compensa con los precios internacionales y locales, que son muy buenos, esto no alcanza para aumentar la superficie asegurada de esta campaña en relación a las anteriores. La expectativa de rinde es menor, entonces, en el mejor de los casos, las sumas aseguradas pueden ser iguales a las del año pasado, pero no mayores, y con una leve tendencia a la baja. Es decir, las sumas aseguradas no van a compensar el menor aseguramiento. De todos modos, no está dicha la última palabra. Si el clima empieza a mejorar y las lluvias son beneficiosas, puede cambiar todo para bien».

En línea con esto, Ducret relató una situación similar: «En lo que respecta a la campaña de fina, el área se redujo un 50% en relación al año pasado a causa de la tremenda sequía que sufre el país.
Por otro lado, y entrada ya la época de campaña de cultivos de verano, los mismos están avanzando según las zonas y las condiciones óptimas de siembra. No obstante, en las zonas complicadas por cuestiones hídricas y de perfiles de suelo, se está expectante a las condiciones del clima».

Luego, Mina compartió: «El volumen de hectáreas aseguradas del ciclo 21-22 fue influenciado por la escasez de lluvias en distintos momentos de la campaña. A pesar de esto, hemos incrementado en un 10% la superficie total asegurada con respecto a la campaña anterior. Los incrementos más importantes se dieron en los cultivos de Soja, Maíz y Girasol.
Tenemos aseguradas más de 5.200.000 hectáreas».

Finalmente, Cabral analizó: «En una serie histórica analizada de las últimas 18 campañas disponibles, la superficie asegurada ha crecido de 11 a 21 millones de hectáreas aproximadamente. Esto se debe fundamentalmente al crecimiento del área de siembra de los cultivos extensivos para granos y acompañando las zonas geográficas en que los mismos han expandido la frontera agrícola.
Sin embargo, cuando se vinculan ambos datos y se evalúa la proporcionalidad del área asegurada versus el área sembrada, se observa un retraimiento a partir de la campaña 2012/2013, y luego una recuperación a partir de la campaña 2016/2017. La línea de tendencia del período termina mostrando una curva que expone un plateau ligeramente por encima del 50%.
En conclusión, en valores absolutos la superficie asegurada ha venido creciendo en la Argentina, pero la línea de tendencia de la relación superficie asegurada versus superficie sembrada marcadamente positiva, que dominó durante el período 2002-03 / 2012-13, se ha venido convirtiendo en una curva amesetada que da cuenta de un aparente estancamiento».

En efecto, según datos de la citada encuesta que año a año realiza la SSN, desde el año 2011 hasta 2021, la cantidad de hectáreas aseguradas osciló entre 17 y 21 millones. En 2020 y 2021, se mantuvo sin alteraciones en 21 millones de hectáreas.
Para mayores precisiones, ver el cuadro siguiente.

Tecnología

Para concluir, los especialistas repasaron los principales aportes tecnológicos al ramo.

Ducret comenzó afirmando: «Se ven mejoras de importancia al contar con el apoyo de satélites cada vez más sofisticados y específicos, sumado a empresas proveedoras dedicadas a estudiar el clima que brindan información actualizada diaria. Esto sirve para tener una visión más clara de las operaciones que se contratan.
En cuanto a la industria metalmecánica, es importante señalar los grandes avances tecnológicos permanentes que permiten optimizar rendimientos y costos de producción».

Por su parte, Mina comentó: «La tecnología continuará siendo un aliado para el ramo, para optimizar las diferentes etapas vinculadas al ciclo de vida del seguro y hacer que todo sea más ágil y sencillo de cara a los asegurados.
Las nuevas herramientas tecnológicas y la experiencia de nuestra compañía en el ramo nos hacen pensar en una gran evolución de los Seguros Agropecuarios de cara a los próximos años.
En el caso de nuestra Aseguradora, en materia de innovación tecnológica, podemos mencionar un servicio de monitoreo de cultivos de alto valor agregado que incluye:
a) Imágenes satelitales de índice verde (NDVI), para un seguimiento eficiente de todo el ciclo del cultivo.
b) Acceso a SIMA, una plataforma GIS intuitiva para visualizar los mapas de índice verde, más una App para recorridas por los lotes. Permite a nuestros asegurados mejorar la toma de decisiones en cada etapa del ciclo productivo.
c) Charlas online, workshops y eventos regionales de capacitación, para conocer casos de uso de estas tecnologías».

Seguidamente, Cabral reflexionó: «El cambio tecnológico ha impactado fuertemente durante los últimos años en el mercado asegurador en general y en La Segunda en particular.
La suscripción electrónica ha permitido lograr un nivel de precisión e identificación de los lotes amparados bajo cobertura impensado hace escasos doce años atrás.
El seguimiento electrónico de siniestros ha logrado también una dinámica de respuesta más ágil y el desarrollo del aplicativo Tasagran ha revolucionado el sistema de evaluación de siniestros. Libera a los tasadores de elementos incómodos para el relevamiento a campo, al mismo tiempo de proveerlos de información sumamente útil para su labor. Desde el punto de vista de la administración central, habilita un marco de seguimiento y control que consolida una gestión sumamente eficiente y confiable.
Asimismo, la tecnología ha permitido el desarrollo de NetAgro, una aplicación para dispositivos móviles, que permite a los asegurados obtener información satelital adicional para tomar decisiones de manejo en la cual pueden apreciarse, para cada lote suscripto, índices de vegetación y de estrés hídrico, información meteorológica, hacer uso de una calculadora de densidad de siembra e incluso tomar registros multimedia georreferenciados. Además, en las últimas dos campañas ha permitido implementar una prueba piloto de una cobertura por Telemetría para el riesgo de sequía, sobre la cual se abriga la expectativa de poder brindar respuestas contundentes a viejos desafíos de resolución dificultosa».

Laurlund concluyó el tema y señaló la gran ayuda de la tecnología: «Los pronósticos climáticos han avanzado muchísimo y son más precisos. Tanto el pronóstico inmediato a cuatro o cinco días como las tendencias climáticas son bastante certeros y te ayudan a planificar el año climático, la campaña. Por ese lado tenemos herramientas que se usan mucho, gratuitas y de libre acceso.
Después están las imágenes satelitales, o imágenes de índice verde, en el que uno puede hacer seguimiento de cultivos online en cualquier momento del día y desde cualquier lugar. Esto también permite conocer la historia de muchos meses para atrás por la sucesión de imágenes.
Otro aspecto que ha avanzado muchísimo es el blockchain. La cantidad de información que vuelcan los productores agropecuarios y los usuarios a las redes, permite estar conociendo en detalle y muy tempranamente qué sucede en cada zona. Es una retroalimteación de información y de datos que crece día a día.
También se usan drones. No es una herramienta tan costosa como al principio y muchos ingenieros agrónomos disponen de ellos. Permiten hacer la evaluación de daños, sobrevolar un lote y ver en su totalidad la condición en que se encuentra. Se usa mucho para tasación.
Después, en la parte comercial, de la suscripción de negocios, las páginas web que hacen todo. Actualmente se puede trabajar con papel cero y desempeñar administrativamente el negocio sin grandes problemas, todo muy intuitivo.
Actualmente, en la vida de la póliza está todo al alcance de la mano. Las tecnologías son herramientas que ayudan. Nunca se va a reemplazar un tasador de campos, pero sí se le da tantas herramientas a su alcance, que va a hacer un trabajo mucho más exacto, más detallado de lo que está pasando».

Y finalizó: «Desde el punto de vista de la compañía, en el seguro agrícola es muy gratificante estar ofreciendo un insumo, que sirve y que le permite al asegurado continuar en el negocio. Hoy en día cualquier agricultor debe tener una póliza de seguro porque no son costosas y realmente funcionan».