Escribe Mariano Nimo, Gerente General de Afianzadora

Se asoman los primeros números del nuevo ejercicio 2022-2023, que a primera vista parecen contradecir la ralentización general de la economía, que se intensificó a partir de julio del corriente. Reservas bajo presión, una deuda interna en pesos explosiva y una inflación que galopa fuerte serán las protagonistas de una economía que tendrá un magro crecimiento en 2023. Parecen repetirse las mismas fórmulas del pasado. ¿Qué es lo que esperamos?

Las reservas serán, como siempre, un tema crítico ya que subsistirán con niveles mínimos, soportadas por un cepo que se endurecerá aún más y con una importación cada vez más trabada. Para incorporar más divisas, continuarán los circunstanciales incentivos a la exportación con cambios preferenciales (dólar soja) y las ayudas externas (swap, FMI, etc.). El principal objetivo será evitar una mega devaluación antes de las elecciones presidenciales.

Otro tema menos hablado, pero que amenaza la endeble macroeconomía argentina, es el endeudamiento interno (Leliq), con más de 15 billones de pesos en vencimientos hasta octubre de 2023. Estos montos deberán afrontarse con más emisión o con el mentado “reperfilamiento”, alternativa poco probable teniendo a mano la “salvadora” maquinita. La brecha cambiaria seguirá tensionada, con un dólar oficial que acelerará sus micro-devaluaciones diarias y que, posiblemente, las expectativas generadas en las próximas elecciones generen algún respiro en esta batalla diaria.

A pesar de que pronosticamos un enfriamiento de la economía argentina para 2023, la inflación seguirá cercana al 100% en el próximo año. Las anabolizadas paritarias salariales, los necesarios ajustes de las atrasadas tarifas de servicios, la aceleración devaluatoria del dólar oficial y la imperiosa necesidad de emitir moneda para financiarse provocarán un escenario cercano a la estanflación.

Otro capítulo serán las metas del FMI, donde todo indica que el incumplimiento es un hecho para el eleccionario 2023, buscando en la sorpresiva docilidad de este organismo internacional un “waiver” que patee la pelota para adelante. El 1T 2002-2023 (julio-septiembre) arrojó un primaje ajustado por inflación de casi $7.000 millones de pesos (USD 42.000.000). Como decía un exministro argentino, parece ser que la sensación económica se contradice con el satisfactorio avance del nicho de las fianzas.

El ejercicio recién empieza, con un inicio bastante mejor que la sensación general. El 2T 2002-2023 claramente viene más flaco en volumen de negocios para el nicho, pero todo será secundario mientras la albiceleste esté en pista.

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Fuente: Afianzadora – Seguros de Caución

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