En 2024 se registraron más de 3.500 fallecimientos en accidentes de tránsito, lo cual demuestra que aún hay mucho por hacer en materia de prevención y control vehicular, explica el consultor Pablo Azorín. “Es clave reforzar la fiscalización en rutas y zonas urbanas, reforzar las campañas de concientización masiva y profundizar la educación vial desde las escuelas”, advierte el especialista.
Escribe: Diego Fiorentino

Pablo Azorín, experto en seguridad vial
“El control vehicular efectivo requiere tres condiciones: presencia constante, sanciones rápidas y comunicación pública de los resultados”
La Argentina ha avanzado en los últimos años en materia de prevención de accidentes viales, en gran medida por las acciones que lleva a cabo la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), que desde 2020 viene impulsando diversas campañas, tales como el Plan Nacional de Seguridad Vial, la entrega de cascos y capacitaciones para motociclistas, la difusión de la Ley de Alcohol Cero al volante y el refuerzo de los operativos de control en rutas y autopistas en todo el país. Sin embargo, según advierte la propia entidad, el país mantiene un promedio de más de 3.500 muertes anuales en siniestros viales, lo que demuestra que aún hay un camino importante por recorrer en materia de prevención, control y cambio cultural. Así lo confirma Pablo Azorín, experto en seguridad vial y consultor independiente sobre movilidad segura y sostenible a nivel regional, quien a partir de su experiencia propone algunas medidas puntuales para reducir la accidentología.
“A corto plazo es clave reforzar la fiscalización y los controles efectivos en rutas y zonas urbanas, acompañados de campañas de concientización masiva y sostenida, ya que eso provocará una sensación de control y un mayor respecto por las normas. A mediano plazo, en tanto, resulta necesario profundizar la educación vial desde las escuelas, promover tecnologías de asistencia a la conducción en los vehículos, profesionalizar la capacitación de conductores y fortalecer la gestión de datos para diseñar políticas públicas basadas en evidencia”, precisa el especialista.
¿Es adecuado el control vehicular en nuestro país?
El control vehicular en la Argentina presenta avances, pero es desigual. Existen provincias y municipios con programas de fiscalización sólidos, mientras que en otras zonas los controles son escasos o discontinuos. El control efectivo requiere tres condiciones: presencia constante, sanciones rápidas y comunicación pública de los resultados. Por otro lado, es necesario trabajar de forma articulada y coordinada en términos de fiscalización.
¿Qué se está haciendo para concientizar a los choferes profesionales?
Tanto los sindicatos como las empresas de transporte han implementado programas de capacitación obligatoria, simuladores de manejo y charlas de concientización sobre fatiga, alcohol y drogas. También existen iniciativas conjuntas entre la ANSV y algunos organismos internacionales para mejorar la seguridad de los conductores profesionales. Teniendo en cuenta que gran parte de las víctimas de siniestros viales pertenecen al sector privado (empresas), sería una gran iniciativa que el Gobierno obligue a aquellas empresas que posean una flota de más de 10 vehículos o 10 conductores a desarrollar un plan estratégico de seguridad vial que incluya controles a las unidades y los conductores y también a realizar relevamientos del entorno vial. Sería una buena medida para que los sectores público y privado comiencen a generar una nueva cultura vial.
Según explica Pablo Azorín, experto en seguridad vial y consultor independiente sobre movilidad segura y sostenible a nivel regional, las empresas, los sindicatos y las autoridades del sector de Transporte tienen un rol clave en la implementación de políticas de descanso, capacitaciones en salud mental y programas de prevención.
“La ANSV ya reconoce al estrés como uno de los principales factores de riesgo en la siniestralidad vial. Sin embargo, aún falta una política pública robusta que articule salud laboral, seguridad vial y bienestar emocional. Un conductor que maneja sin estrés es un conductor más seguro. Y cuando el conductor está bien, también lo están la flota, la empresa y la sociedad.

Según datos estadísticos de la ANSV, las mujeres muestran un comportamiento más seguro al volante, pero la brecha de género en el transporte profesional aún es muy amplia. ¿Qué acciones se llevan a cabo para revertir esta situación?
Las estadísticas muestran que las mujeres suelen tener menos participación en siniestros viales graves, pero en el transporte profesional su presencia es reducida: representan menos del 2% de los conductores habilitados. Para ampliar esa participación se impulsan programas de formación específicos, como cursos gratuitos de conducción profesional, y algunas empresas del sector están promoviendo la incorporación de mujeres en sus flotas.
¿Qué aporte realizan las aseguradoras para mejorar la siniestralidad vial?
Las aseguradoras desarrollan campañas de educación vial, financian investigaciones sobre seguridad y promueven la adopción de tecnologías como telemetría, monitoreo satelital y programas de scoring de conductores. Algunas compañías también ofrecen incentivos económicos a las flotas que demuestran reducción de siniestros, lo cual genera un círculo virtuoso entre prevención y reducción de costos.
¿Qué objetivos persigue desde su posición actual?
El objetivo principal es aportar a la reducción de la siniestralidad vial a través de la consultoría técnica, la capacitación y la implementación de buenas prácticas de gestión de flotas. A su vez, buscamos promover una movilidad más segura y sostenible, integrando la innovación tecnológica con la formación humana. Nuestro enfoque está en acompañar a empresas y organismos a tomar decisiones basadas en datos, con impacto directo en la seguridad y en la eficiencia operativa.
