Aunque su adopción avanza lentamente, los seguros paramétricos comienzan a posicionarse como una herramienta clave para enfrentar los riesgos climáticos extremos. En esta ocasión, analizamos su desarrollo y las perspectivas a futuro, junto a Andrés Martino, Jefe de Suscripción de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros; Guillermo Canavesi, Agribusiness Deputy Manager de Special Division Reinsurance Brokers; María Fernanda Muñoz, Portfolio Manager Agro de Galicia Seguros; y Diego Abrahamovich, Responsable de Riesgos Agropecuarios en Federación Patronal.

Escribe Lic. Aníbal Cejas

Para comenzar, consultamos sobre la implementación de seguros paramétricos en Argentina y los avances que se han concretado para este mercado específico.
La ronda comenzó con Andrés Martino, Jefe de Suscripción de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros, quien expuso: “En los últimos años se han desarrollado y aprobado diversos productos paramétricos cuyos índices se construyen a través de la medición satelital o monitoreo remoto satelital. Estos productos se sumaron a la oferta disponible de seguros paramétricos por medición de precipitación. Se puede decir que la región abarcada es la zona agrícola para sus principales cultivos: soja y maíz.
En Sancor Seguros ofrecemos un innovador seguro paramétrico basado en el índice satelital de déficit hídrico (TDVI), cuya finalidad?es cubrir variaciones extremas de déficit hídrico en el cultivo de Soja y Maíz. Dicho índice?es publicado por?un organismo?público?como la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales)”.
Luego intervino Guillermo Canavesi, Agribusiness Deputy Manager de Special Division Reinsurance Brokers, quien comentó: “En Argentina se han desarrollado seguros paramétricos orientados principalmente a cubrir riesgos climáticos como la sequía y la inundación, aplicados a cultivos extensivos predominantes como trigo, maíz y soja, dentro de las regiones agrícolas tradicionales. De estos desarrollos, unos pocos se materializaron en experiencias aisladas que no han logrado mantenerse en el tiempo”.
María Fernanda Muñóz, Portfolio Manager Agro de Galicia Seguros, compartió una perspectiva similar: “En los últimos años el mercado local de seguros e insurtech ha iniciado el diseño y desarrollo de productos paramétricos destinados al Agro.
Existen algunas experiencias a modo de ‘piloto’ dentro de subsectores específicos, como los cultivos de Soja y Maíz, el arrocero o el tambo, pero con una penetración muy baja comparada con el seguro tradicional.
En su mayoría cubren la ocurrencia de sequía basados en la medición de cantidad de precipitaciones ocurridas, otros miden la disponibilidad de agua útil en el suelo en determinados momentos del ciclo de vida del bien asegurado.
En general han sido desarrollados en zonas de riesgo homogéneas (p.e Pampa Húmeda) con menor influencia de la variabilidad climática”, añadió.

Por último, tomó la palabra Diego Abrahamovich, Responsable de Riesgos Agropecuarios de Federación Patronal, quien señaló un ritmo lento en la adopción de seguros paramétricos en Argentina, marcando una diferencia con otros países de Latinoamérica. Esto lo atribuyó a la desconfianza y la falta de información por parte de los consumidores finales (productores agropecuarios).
“Algunos de los avances que se han logrado han sido en productos orientados a tambos, basados en índices de precipitación, así como coberturas de Sequía o Helada que utilizan información satelital. Los principales cultivos han sido soja, maíz, trigo, girasol, entre otros, abarcando principalmente la región pampeana donde se concentra la producción agrícola extensiva”, comentó.

Metodología y confianza
Luego, los especialistas se refirieron a los métodos que garantizan la confiabilidad en los datos.
Martino explicó: “En los seguros paramétricos, la precisión y confiabilidad de los datos que activan pagos automáticos se da por la concurrencia de dos factores interdependientes: el primer factor es una metodología de medición y cálculo robusta que tenga una alta correlación con el riesgo que se cubre, por ejemplo, estimación de precipitaciones y condiciones de déficit hídrico. Esto se podría resumir como solvencia técnica.
El segundo factor tiene que ver con el árbitro que determina o calcula el índice, quien debe contar con la confianza de las partes intervinientes en el contrato: el asegurado, el intermediario, la aseguradora y el reasegurador. Que el índice sea objeto de confianza es tan importante como que su valor se correlacione bien con el riesgo. Se podría definir como solvencia reputacional”.
Muñóz resaltó la importancia de la confiabilidad como base del seguro paramétrico y continuó: “La precisión se puede garantizar por una combinación de fuentes oficiales, validación local y métodos auditables con reglas transparentes.
Existen fuentes internacionales validadas y de libre acceso (CHIRPS, NOAA, etc.) con resoluciones temporales diarias y excelente resolución espacial. También hay índices derivados (NDVI, Precipitación) calibrados para la Argentina. Asimismo, el complemento con estaciones meteorológicas locales colabora para reducir el riesgo de base.
Por otra parte, los modelos, algoritmos e índices utilizados deben ser validados y auditados por la SSN, y llevar el apoyo de reaseguradores internacionales, con amplia experiencia en el tema”.
Por su parte, Abrahamovich sumó: “La precisión de los datos satelitales está dada por la combinación de tecnologías avanzadas proporcionadas por fuentes de datos confiables tales como satélites, estaciones meteorológicas o índices climáticos. Todos ellos utilizan modelos de correlación y simulaciones según datos históricos de producción y clima que permiten una correcta calibración del sistema para minimizar la diferencia entre el índice y la pérdida real sufrida por el productor”.
Finalmente, Canavesi aclaró: “En términos generales, los seguros paramétricos se basan en datos abiertos provenientes de organismos públicos y/o fuentes oficiales, lo que garantiza su precisión, trazabilidad y confiabilidad. El uso de información de acceso público permite que todas las partes involucradas puedan replicar los cálculos realizados, validando así los resultados obtenidos de manera transparente.
Adicionalmente, es posible incorporar agentes de certificación que homologuen los datos utilizados y realicen el cálculo del índice que determina la activación de la indemnización”.

Ventajas para el productor
Más adelante, la conversación se enfocó en el productor agropecuario. ¿Qué beneficios tangibles diferenciales puede encontrar un productor en un seguro paramétrico, comparado a una cobertura tradicional?
En ese sentido, Canavesi señaló: “Es importante mencionar que todas las coberturas paramétricas implican la existencia de un riesgo base, entendido como la posibilidad de que el daño estimado a través del índice utilizado no refleje con precisión el perjuicio real ocurrido en el campo. No obstante, los seguros paramétricos constituyen una alternativa viable para aquellos productores agropecuarios que buscan protegerse frente a ciertos riesgos que actualmente no cuentan con oferta aseguradora tradicional en el mercado. Al prescindir de peritajes presenciales, la estimación de daños se realiza sobre la base de datos objetivos y verificables, lo que aporta transparencia al proceso y permite agilizar la liquidación y el pago de las indemnizaciones”.

«En Sancor Seguros ofrecemos un innovador seguro paramétrico basado en el índice satelital de déficit hídrico (TDVI), cuya finalidad?es cubrir variaciones extremas de déficit hídrico en el cultivo de Soja y Maíz»

Andrés Martino, Jefe de Suscripción de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros

«En Argentina se han desarrollado seguros paramétricos orientados principalmente a cubrir riesgos climáticos como la sequía y la inundación, aplicados a cultivos extensivos predominantes como trigo, maíz y soja»

Guillermo Canavesi, Agribusiness Deputy Manager de Special Division Reinsurance Brokers

A esto, Martino añadió: “Los seguros paramétricos aportan soluciones de cobertura contra riesgos que son de suscripción compleja y/o costosa, por ejemplo, la sequía. Es necesario remarcar, porque ha habido mensajes equivocados, que el costo (prima de riesgo) está determinado por el tipo de riesgo que se cubre y la frecuencia e intensidad que se cubre, más allá que se cubra con un enfoque tradicional o uno paramétrico. Pero lo que sí permite el paramétrico, como mencioné anteriormente, es cuantificar y medir riesgos complejos o que tienen costos transaccionales (suscripción y peritaje) muy altos para una cobertura tradicional”.
Abrahamovich, por su parte, apuntó a la velocidad transaccional: “El beneficio principal sin dudas es la mayor celeridad a la hora de las indemnizaciones, ya que al activarse por índices climáticos, el pago es prácticamente automático. Otra ventaja para el asegurado es la transparencia y objetividad, ya que al tratarse de datos reales y concretos se minimiza el riesgo de conflictos por criterios de interpretación”.

A su vez, Muñóz afirmó: “Uno de los beneficios principales es acceder a coberturas de riesgos catastróficos como la sequía o los excesos de lluvias (inundación) y utilizarlos de manera complementaria del seguro tradicional (p.e. Granizo en cultivos).
Otro beneficio es la rapidez, objetividad y agilidad ya que no requiere de peritajes a campo ni comprobación de daños físicos, y se activa automáticamente cuando el indicador medido alcanza o supera el umbral definido. Esto implica un beneficio adicional de este seguro que es el menor costo operativo”.

Desafíos culturales y comerciales
En un mercado acostumbrado a la verificación presencial de daños, este producto técnico constituye un cambio de paradigma, y como tal encuentra resistencia para la penetración en el mercado. Los especialistas dialogaron sobre las principales barreras que encuentran los Productores Asesores de Seguros al explicar el producto.
Muñóz aseguró: “Una de las principales barreras que enfrenta el mercado de seguros es construir confianza, mostrando que detrás de los índices hay datos verificables, técnicamente comprobables y que el sistema paga de manera justa, automática y transparente.
Hay un cambio en el paradigma que implica entender que puede haber un daño visible y no acceder a un pago. Al igual que la relevancia del riesgo de base requieren de capacitación tanto del Productor Asesor como del Asegurado.
A su vez, para la Aseguradora es relevante la claridad y transparencia para evitar el riesgo reputacional”.
Canavesi, por su parte, consideró: “Dado que las coberturas paramétricas se basan en índices que pueden ser simples o compuestos (es decir, construidos a partir de una o varias variables de medición), su comprensión y comunicación al cliente final presenta ciertos desafíos. Si bien el productor agropecuario argentino se caracteriza por la rápida adopción de tecnologías, aún persiste cierta reticencia hacia esquemas de aseguramiento que no contemplan la verificación in situ de los daños, como ocurre en los seguros tradicionales”.

«Uno de los beneficios principales es acceder a coberturas de riesgos catastróficos como la sequía o los excesos de lluvias (inundación) y utilizarlos de manera complementaria del seguro tradicional»

María Fernanda Muñóz, Portfolio Manager Agro de Galicia Seguros

«Algunos de los avances que se han logrado han sido en productos orientados a tambos, basados en índices de precipitación, así como coberturas de Sequía o Helada que utilizan información satelital»

Diego Abrahamovich, Responsable de Riesgos Agropecuarios de Federación Patronal

Luego tomó la palabra Martino, quien remarcó: “La principal barrera en los seguros paramétricos es el denominado riesgo base, que es la diferencia (gap) entre el índice medido y la situación de pérdida (o no) real en el campo. Para ello es fundamental que el producto sea sólido técnicamente, que el árbitro aporte mucha confianza y que el Productor Asesor de Seguros conozca el producto con sus beneficios y sus limitantes para poder asesorar correctamente al asegurado”.
Y continuó: “La experiencia de estos años nos muestra que los riesgos sistémicos, así como el horizonte de análisis y contratación por parte de los asegurados son de muy corto plazo. Sólo hay interés cuando los pronósticos de temporada indican alta probabilidad que ocurra el evento que se pretende cubrir. Esta conducta anti-selectiva es otro gran desafío para el mercado de seguros”. El último en intervenir fue Abrahamovich, quien expresó: “El mercado argentino está muy acostumbrado al modelo tradicional de seguro con peritaje a campo del siniestro, y los seguros paramétricos se basan en modelos que muchas veces no son fáciles de explicar al productor agropecuario. A esto se suma cierta desconfianza por el origen de la información.
Además, surge un gran interrogante para el asegurado en los casos en los que el índice no se activa, y por ende no hay indemnización, aún cuando hayan sufrido pérdidas visibles en sus cultivos. Por último, un tema no menor es que al no existir subsidio estatal, como lo hay en otros países para este tipo de seguros, la competitividad y adopción comercial sigue estando muy acotada”.

Proyección a futuro
Ya en el cierre de nuestro informe, los profesionales examinaron las posibilidades que muestran los seguros paramétricos a futuro, considerando los fenómenos que trae aparejado el cambio climático.
Comenzó Martino, quien analizó: “La penetración de los seguros paramétricos es baja en el mercado actual, mucho más de lo que se proyectaba unos años atrás. Los desafíos mencionados anteriormente lo explican, pero también es cierto que los avances tecnológicos de los últimos años han disponibilizado herramientas que ampliaron las posibilidades para nuevos desarrollos, con menor riesgo base (correlación índice-daño) y con enfoques de cobertura a niveles agregados: distribuidores de insumos, regiones, provincias.
Pienso que es posible un escenario donde el Productor Agropecuario siga contratando coberturas con verificación presencial de daño y en estratos superiores de la cadena de valor encuentren su lugar estas coberturas paramétricas”.
Por su parte, Abrahamovich se mostró optimista: “En un contexto como el actual en el que el cambio climático es evidente y cada vez se registran eventos extremos de mayor frecuencia e intensidad, los seguros paramétricos representan una alternativa más que interesante por su simplicidad y transparencia. La tecnología, con el aporte de la inteligencia artificial, nos permite contar con información cada vez más precisa en el corto plazo y en regiones remotas donde hasta hace poco era impensado contar con soluciones tangibles”.

En la misma línea, Muñóz comentó: “El seguro paramétrico le brindaría al productor agropecuario mayor certeza, velocidad y transparencia, otorgando un dato medible y la factibilidad de un pago automático.
Por otra parte, la complementariedad en cuanto a la posibilidad de cubrir el riesgo climático en su totalidad, apoyados en el seguro tradicional.
En un contexto de alta variabilidad climática como en Argentina, permitiría diseñar productos más simples y de bajo costo, apoyados en la innovación, tecnología, data e IA”.
También Canavesi hizo referencia al aumento en la frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos como consecuencia del cambio climático, y con esa base afirmó: “Los seguros paramétricos emergen como una alternativa viable para cubrir riesgos que, hasta el momento, no han sido abordados de manera efectiva por el mercado asegurador tradicional.
La flexibilidad en el diseño de estas coberturas, junto con la creciente disponibilidad y calidad de información climática, serán factores determinantes para el desarrollo y consolidación futura de este tipo de soluciones para el sector agropecuario”, concluyó.