Tomás Sinclair, CFO de Mercantil Andina; Carlos Salinas, Presidente de GALDAS; y Martín Svarzman, CEO de BDO Insurance, analizaron el mercado de capitales a nivel nacional y el rol que cumple la industria aseguradora en el mismo.
Escribe Lic. Aníbal Cejas

En un escenario económico complejo, el mercado de capitales emerge como un motor fundamental para el desarrollo del país. Dentro de este ecosistema, la industria aseguradora juega un papel crucial, actuando como uno de los principales inversores institucionales a largo plazo. En esta primera entrega, nos adentramos en un profundo análisis junto a destacadas figuras del sector: Tomás Sinclair, CFO de Mercantil Andina; Carlos Salinas, Presidente de GALDAS; y Martín Svarzman, CEO de BDO Insurance. Juntos, desglosan el panorama actual, los desafíos históricos y el potencial transformador que esta industria tiene para la economía argentina.
El diálogo comenzó con Sinclair, quien definió el papel de la industria de seguros como crucial y estructural para el desarrollo del mercado de capitales. “Actúa como uno de los principales inversores institucionales de largo plazo en la economía. No obstante, su nivel de incidencia actual se encuentra por debajo del que históricamente llegó a ejercer”, afirmó.

«En los cuatro últimos, el tamaño de las empresas existentes en cada país es considerable, pero su volumen de negociación es bajo comparado con Brasil y Chile»
Carlos Salinas, Presidente de GALDAS

«Ha sido posible conseguir tasas de rendimiento inauditas entrando y saliendo de posiciones en inversiones cortoplacistas»
Martín Svarzman, CEO de BDO Insurance

«La industria aseguradora puede volver a ocupar un rol protagónico como proveedor de soluciones que contribuyan a sostener estos procesos»
Tomás Sinclair, CFO de Mercantil Andina
En muchos países, además, los seguros de salud están integrados al sistema asegurador, lo que eleva aún más su peso relativo. Esta diferencia estructural muestra el margen que aún tiene el sector local para crecer, especialmente en instrumentos de protección y ahorro de largo plazo”, añadió.
Sin embargo, Sinclair identificó sectores que pueden significar puntos de inflexión para un cambio positivo en el desarrollo del país: “Argentina está debatiendo reformas estructurales —en lo previsional, laboral y sanitario—. En este contexto, la industria aseguradora puede volver a ocupar un rol protagónico como proveedor de soluciones que contribuyan a sostener estos procesos”. Por otra parte, aseguró que se requieren algunas condiciones esenciales: estabilidad macroeconómica y confianza en la moneda para la planificación a largo plazo; un marco normativo previsible y consistente, que facilite la gestión técnica de los portafolios y evite cambios abruptos que desalienten la inversión; incentivos fiscales significativos, ajustados a la realidad argentina, que realmente promuevan el ahorro a través de seguros de retiro o vida con capitalización; y un mercado de capitales profundo, con instrumentos de colocación que calcen con las características de duración, moneda y cobertura de las obligaciones técnicas que administra el sector.
Visión regional: Argentina frente a otros mercados
Carlos Salinas comparó el mercado de capitales actual de Argentina con el de Chile, Paraguay, Brasil, Uruguay y Perú. En ese sentido, expresó: “Todos los países mencionados tienen un mercado de capitales activo y de larga data, pero con crecimientos muy disímiles. Para ponerlos en orden sería Brasil, Chile, Argentina, Perú, Uruguay y Paraguay. En los cuatro últimos, el tamaño de las empresas existentes en cada país es considerable, pero su volumen de negociación es bajo comparado con Brasil y Chile”.
El rol de las aseguradoras en el mercado de capitales
Martín Svarzman coincidió en la importancia de la industria aseguradora para el desarrollo de un mercado de capitales sostenible en el tiempo. “Una parte importante del negocio del seguro consiste en lograr buenos rendimientos de los excedentes financieros que se generan desde que las compañías cobran las primas de seguro, pagan sus gastos mensuales de estructura y comisiones, hasta el momento en que deben abonar los reclamos por siniestros”, agregó.
Con las cobranzas estimadas, restando el porcentaje de comisiones correspondiente y gastos de estructura previsibles, las reservas y otros compromisos, las compañías pueden contar con una buena presunción de los excedentes que pueden invertir y armar un flujo de caja eficiente.
A partir de esto, el profesional planteó los motivos que impiden un impacto positivo directo del ingreso de una masa de fondos tan importante en un mercado de capitales pequeño como el argentino. Al respecto, resaltó que la buena inversión de los excedentes financieros no garantiza el desarrollo de capitales: “El mercado de capitales no escapa al contexto macroeconómico de ningún país. En Argentina, el principal incentivo para un inversionista que ingresa al mercado de capitales ha sido obtener altos rendimientos aprovechando la volatilidad del mercado. Ha sido posible conseguir tasas de rendimiento inauditas entrando y saliendo de posiciones en inversiones cortoplacistas”, explicó.
“Esta forma de invertir no permite un mercado sostenible, ya que una buena parte de las inversiones no permanecen el tiempo necesario en un activo y el fin de capitalización u obtención de fondos de las empresas cotizantes no se cumple o lo hace en escasa medida. Uno de los elementos que se requiere para el desarrollo del mercado de capitales es la confianza que deben tener los inversores para dejar sus ahorros dentro de este mercado y no recurrir a otras de renta fija o la compra de moneda extranjera como refugio de valor”, continuó.
“Otro punto importante es que las compañías no disponen de la totalidad de sus excedentes financieros para aplicar al mercado de capitales en busca de buenos rendimientos. Por reglamento asegurador, existen límites de inversión y al cómputo del valor de las inversiones para conformar el estado de cobertura. Este requisito asegura la solvencia de la compañía”, detalló Svarzman.
“Si la solvencia no es la requerida, las compañías deben aumentar su capital, por lo cual, con malas o excesivas inversiones en activos que no se computan, el estado de cobertura al 100% se sostiene con aportes de capital. Las compañías deben considerar cómo afectarán esos activos a su nivel de solvencia patrimonial, ya que no todos pueden ser computados al 100% de su tenencia para conformar su estado de cobertura”, continuó.
“Por otro lado, las compañías de seguros necesitan de un mercado de capitales sólido para desarrollar productos como los de seguros de vida, especialmente los que cuentan con capitalización. El mayor atractivo de este producto es que cualquier persona puede acceder a una protección para su familia, en el caso de una desgracia prematura y, a la vez, generar por medio de este instrumento un ahorro a largo plazo en el mercado de capitales para su retiro programado”, explicó. “Como vemos, el desarrollo de un mercado de capitales necesita de incentivos menos especulativos donde el ahorrista no profesional encuentre un mejor lugar para invertir sus ahorros que las alternativas de renta fija o de moneda extranjera. A la vez, un mercado de esta naturaleza se retroalimentaría de manera muy positiva recibiendo los excedentes financieros de la industria del seguro que, además, conseguirían mejorar su performance en productos con capitalización”, concluyó.