Continuamos el análisis iniciado en nuestra edición anterior sobre el papel clave de la industria aseguradora en el mercado de capitales argentino, ahondando en la transformación del CFO y las oportunidades de inversión, incluyendo la economía verde.
Escribe Lic. Aníbal Cejas

«El mercado es muy volátil y toda medición puede cambiar sustancialmente. Lo mejor es asesorarse con profesionales, entender que seguimos en un mercado donde la volatilidad sigue reinando y siempre resguardarse de los riesgos de no poder recuperar una inversión y de iliquidez»
Tomás Sinclair, CFO de Mercantil Andina
La evolución del CFO transitó desde la figura de un técnico a un estratega clave.
Tomás Sinclair, CFO de Mercantil Andina, explicó la función del CFO. Aclaró que, en su momento, fue un área técnica dentro de las compañías, enfocada exclusivamente en optimizar el rendimiento de las inversiones, realizar la contabilidad, supervisar el cumplimiento tributario, gestionar las cobranzas y la tesorería. Sin embargo, en la actualidad, esas funciones forman parte de un ecosistema de tareas mucho más amplio, interconectado y estratégico. “La dinámica del negocio, cada vez más exigente y veloz, exige que conectemos lo técnico con lo estratégico. La planificación a largo plazo, la incorporación de tecnología, la mejora de procesos y la sostenibilidad dejaron de ser territorios ajenos. Nos involucran de lleno”, declaró. “Hoy, el trabajo del CFO está cada vez más integrado con el del CEO y el resto del C-Level, porque las decisiones que tomamos ya no se limitan a lo financiero: impactan directamente en la competitividad, la eficiencia y la viabilidad del modelo de negocio”, continuó.
En ese sentido, recordó el protagonismo que adquirió el resultado financiero durante la pandemia y los tiempos posteriores: “En un mercado asegurador altamente competitivo, conformado por más de 190 compañías, con elevados volúmenes transaccionales, pero márgenes operativos cada vez más estrechos, la gestión eficiente de los recursos financieros se volvió un factor crítico. Aun en un contexto de tasas reales negativas, fue indispensable desarrollar estrategias de inversión y administración del flujo de fondos que permitieran mitigar la pérdida sistemática de valor. En este marco, la maximización del rendimiento financiero dejó de ser deseable para transformarse en una necesidad en la preservación del negocio”.
“Trabajamos internamente de manera coordinada entre todas las áreas de la compañía para optimizar los ingresos por primas (reduciendo la mora, mejorando los ratios de cobrabilidad y reduciendo los tiempos de envíos de procesamiento de cobros); eficientizar el manejo del flujo de caja (con ajustes en el calendario de emisiones para evitar pérdidas financieras por anticipos impositivos innecesarios); y administrar el capital con visión estratégica para optimizar el rendimiento financiero con una correcta gestión de riesgos y de diversificación de cartera. Además, la complejidad del contexto también nos empujó a liderar transformaciones internas fundamentales”, explicó.
Con estas consideraciones, Sinclair aclaró que el CFO es responsable directo de la digitalización y automatización de los procesos financieros y operativos. Más allá de la inflación, el rol vuelve a ganar protagonismo como articulador estratégico entre rentabilidad técnica, sostenibilidad operativa y generación de valor a largo plazo. “Con tasas reales positivas, pero en un contexto de nominalidades considerablemente menores a las que estábamos acostumbrados, el resultado financiero pierde protagonismo y vuelve a ponerse en primer plano la relevancia del resultado técnico. Esto nos obliga a redoblar los esfuerzos en mejorar la calidad de la suscripción, optimizar la estructura de reaseguros y sostener una gestión operativa eficiente y proactiva”, manifestó.
“La eficiencia lograda sigue siendo un activo clave, aunque el desafío ahora es canalizar esa productividad hacia nuevas oportunidades de reinversión y expansión sustentable”, añadió. “Con la baja en la presión inflacionaria, vuelve a abrirse la posibilidad de trabajar con modelos de previsión, simulación y análisis de escenarios más precisos. Desde nuestro rol como CFOs, es clave tomar la iniciativa en esta agenda, apoyándonos en herramientas que integren el planeamiento, el pricing y el comportamiento real del negocio”, cerró.
La Inteligencia Artificial en la industria aseguradora
Seguidamente, Sinclair se refirió a la utilización de la IA: “Aunque hoy la inteligencia artificial esté en boca de todos, en la industria del seguro su incorporación no es algo nuevo. Desde hace años se vienen utilizando distintas formas de IA, como chatbots, automatización robótica de procesos (RPA), machine learning y visión computarizada, aplicadas en tareas específicas con buenos resultados en términos de eficiencia y agilidad operativa”.
Pero señaló: “Lo que aún está en etapa inicial es la implementación de inteligencia artificial generativa, que todavía no se la ve como parte de una estrategia integral. Explorar su uso con una mirada de negocio resulta clave, porque su potencial para generar ventajas competitivas, mejorar la productividad y transformar la toma de decisiones es enorme. Estamos frente a una herramienta que no solo promete acelerar lo que hacemos, sino también repensar cómo lo hacemos”.
El aporte a las aseguradoras en inversión
A continuación, dialogamos con Martín Svarzman, CEO de BDO Insurance, quien nos contó el aporte de BDO a las aseguradoras en materia de inversión. “La decisión de inversión de una compañía de seguros está relacionada a múltiples aspectos que deben realizarse dentro de políticas establecidas y aprobadas por un Comité de Inversiones, que es un órgano previsto por el Reglamento de la Actividad Aseguradora”, explicó.
“Se debe considerar, primero, que la inversión se encuentre dentro de los límites permitidos y que no comprometa la solvencia de la compañía a la hora de conformar su estado de cobertura. Luego, que las inversiones se realicen en activos de calidad en cuanto a las posibilidades de recuperar los fondos invertidos en tiempo y forma (riesgo de crédito). Además, que la madurez (plazo de recupero) de los activos en que invierte la compañía le permita hacerse de fondos para poder afrontar sus obligaciones de manera oportuna (riesgo de iliquidez). Y por último, que haya límites a la propia actividad de inversión”, detalló.

«La eficiencia lograda sigue siendo un activo clave, aunque el desafío ahora es canalizar esa productividad hacia nuevas oportunidades de reinversión y expansión sustentable»
Tomás Sinclair, CFO de Mercantil Andina

«Se debe considerar, primero, que la inversión se encuentre dentro de los límites permitidos y que no comprometa la solvencia de la compañía a la hora de conformar su estado de cobertura»
Martín Svarzman, CEO de BDO Insurance

«En nuestra región, y principalmente en nuestro país, aún no tenemos aseguradoras que sean parte directa del mercado de capitales salvo en algunos modelos de inversión puntuales»
Carlos Salinas, Presidente de GALDAS
“En BDO contamos con un equipo multidisciplinario de consultores conformado por economistas, actuarios y contadores, todos con amplia experiencia en el mercado asegurador y de capitales. Asesoramos a las empresas no solo en aspectos puntuales de inversión, sino que nos especializamos en desarrollar un proceso sustentable que permita a la Dirección y a la Alta Gerencia asegurar que se cumplen las políticas de la compañía en materia de inversiones y exposición al riesgo de crédito, de liquidez y de solvencia patrimonial”, sostuvo. “Para ello brindamos soporte con el diseño a medida de herramientas como flujo de caja, políticas de inversiones, indicadores de gestión, límites de inversión, cálculo de cobertura, software de gestión de inversiones o automatizaciones de los procesos”, agregó Svarzman.
El papel de inversores institucionales y aseguradoras
Seguidamente, Carlos Salinas, Presidente de GALDAS, explicó el rol de los inversores institucionales y de las aseguradoras en el mercado de capitales. Afirmó que cumplen funciones perceptibles principalmente en países centrales o ‘desarrollados’: “Allí, las aseguradoras cumplen un rol central y de mucha importancia en la existencia del mercado de capitales moderno. En nuestra región, y principalmente en nuestro país, aún no tenemos aseguradoras que sean parte directa del mercado de capitales salvo en algunos modelos de inversión puntuales”.
Entre los principales inversores institucionales en el mercado argentino, identificó al ANSES.
Además, especificó que el rol del mercado de seguros en el negocio de capitales depende del desarrollo del mismo. “En LATAM está en desarrollo por los vaivenes en las economías, salvo los casos de Brasil y Chile, el primero por tamaño y el segundo por su estabilidad económica. Respecto a Argentina, con el ordenamiento de la macroeconomía se podría avanzar en ese camino, pero se requiere confianza”.
Inversiones que desafían la inflación: ¿Cuáles son las apuestas?
En otro orden de temas, indagamos en la existencia de instrumentos de inversión que logran superar la inflación.
Sobre el tema, Svarzman comentó: “Siempre hay oportunidades para ganarle a la inflación, pero hay que operar con mucha exactitud y oportunismo porque el mercado de inversión continúa funcionando con la lógica de la volatilidad como mecanismo para lograr rendimientos. Hay que estudiar muy bien el mercado y asesorarse con brokers especializados. A priori, las compañías relacionadas con energía y finanzas pican en punta, pero en Argentina todo puede cambiar”.
“Los títulos de deuda en pesos emitidos por el actual gobierno tienen buen rendimiento y los que estaban defaulteados han tenido grandes recuperaciones, superando a la inflación. Sin embargo, siempre hay que tener cuidado de invertir en títulos con volumen adecuado de operaciones en el mercado para evitar el riesgo de quedar ilíquidos”, advirtió. “Hay obligaciones negociables de empresas sólidas con buenos rendimientos en dólares, excelentes para un inversor que mide en esa moneda. Aun así, si el dólar continúa estable, no será negocio en el mediano plazo. El mercado es muy volátil y toda medición puede cambiar sustancialmente. Lo mejor es asesorarse con profesionales, entender que seguimos en un mercado donde la volatilidad sigue reinando y siempre resguardarse de los riesgos de no poder recuperar una inversión y de iliquidez”, concluyó.
Continuó Sinclair, quien observó: “En Argentina contamos con instrumentos de inversión que permiten obtener rendimientos que superan la inflación en términos reales. Entre las alternativas más destacadas se encuentran los bonos ajustados por CER, que actualizan su capital conforme al índice de precios al consumidor (IPC). Estos instrumentos, además de ofrecer una cobertura directa frente a la inflación, actualmente rinden un spread real del orden del 9%. En entornos con nominalidad alta y horizonte inflacionario incierto, constituyen una herramienta sólida para preservar el valor técnico”.
Y prosiguió analizando otros instrumentos: “Los de renta fija tradicional en pesos también están mostrando tasas reales positivas. Las Letras del Tesoro a Corto Plazo (LECAP) y bonos soberanos a tasa fija permiten capturar retornos que superan la inflación proyectada, lo cual no ocurría en ciclos anteriores. El inconveniente es que la duration de este tipo de instrumentos suelen ser de corto o mediano plazo, ya que el mercado no convalida aún tramos largos sin exigir primas de riesgo elevadas y el gobierno no se quiere comprometer a garantizar tasas elevadas con la expectativa de que la inflación continúe descendiendo. Este escenario brinda margen para estructurar portafolios más equilibrados entre rendimiento y sensibilidad a tasas”.
“En contraposición, los bonos en dólares no han logrado rendimientos reales positivos en lo que va del año. La dinámica del tipo de cambio oficial, que se depreció a un ritmo inferior al IPC, generó pérdidas reales en pesos”, señaló Sinclair.
“Por su parte, los bonos dólar linked cumplen un rol distinto: no están pensados para ganarle a la inflación, sino como cobertura específica ante una eventual corrección abrupta del tipo de cambio oficial. Son demandados en contextos de tensión cambiaria, pero su rendimiento real depende estrictamente de que ese evento ocurra, lo cual, con la estabilidad cambiaria sostenida en el último año, no han tenido rendimientos positivos reales en pesos. Las acciones y la renta variable en general no tienen un lugar protagónico en los portafolios de aseguradoras; las inversiones con cotización no superan el 5% promedio del total de las inversiones de las compañías. Se trata de activos volátiles, sensibles a eventos exógenos y con baja previsibilidad. En consecuencia, su participación en las carteras técnicas suele ser marginal”, continuó.
Sinclair concluyó subrayando que la lectura de estas oportunidades debe hacerse en función de las expectativas inflacionarias futuras: “La economía argentina mantiene una alta volatilidad macroeconómica y financiera, lo que exige que toda estrategia de inversión se adapte de forma dinámica. En definitiva, hoy es posible construir portafolios que preserven el poder adquisitivo y ofrezcan rentabilidad real. Pero lograrlo requiere una lectura precisa del contexto, cumplimiento normativo riguroso y una gestión activa del riesgo, en línea con la responsabilidad fiduciaria que demanda el sector asegurador”.

«Hay que estudiar muy bien el mercado y asesorarse con brokers especializados. A priori, las compañías relacionadas con energía y finanzas pican en punta, pero en Argentina todo puede cambiar»
Martín Svarzman, CEO de BDO Insurance
Economía verde e inversiones: Oportunidades sostenibles
Para finalizar, consultamos por los instrumentos de inversión vinculados a la economía verde. Sinclair aseguró que en el mercado argentino existen, aunque la oferta es limitada y de baja profundidad, en comparación con los mercados internacionales.
“El formato más utilizado en este campo es el de las Obligaciones Negociables (ON) calificadas como verdes, es decir, bonos emitidos por empresas privadas cuyos fondos se destinan exclusivamente a proyectos con impacto ambiental positivo y que son validados por verificadores externos o agencias calificadoras conforme a estándares internacionales, como los Green Bond Principles del ICMA o el Climate Bonds Standard”, precisó.
Entre los ejemplos vigentes en Argentina, destacó el de 360 Energy Solar. Al respecto, contó: “En marzo de 2025 emitió una ON verde por hasta 15 millones de dólares para financiar parques solares en Colón, Arrecifes, Realicó, Palomar y Córdoba. Esta emisión recibió la calificación ambiental BV1, la más alta disponible en Argentina, y logró colocarse a una tasa del 8,75%, con una sobredemanda superior al 47%”.
“Otro caso emblemático es el de Genneia, compañía líder en energías renovables que en los últimos años ha emitido múltiples ON verdes para financiar sus parques eólicos y solares, con una última colocación en marzo de 2025 por 28 millones de dólares. También se puede mencionar a Citrusvil S.A., que emitió una ON verde en 2022 orientada a eficiencia energética y tratamiento sostenible en el sector citrícola, y a Pampa Energía, que realizó una emisión similar en 2022 para financiar ampliaciones en un parque eólico”, detalló.
El especialista afirmó que la emisión de estos bonos está vinculada a cuestiones estratégicas, reputacionales y de financiamiento preferencial.
En este sentido, observó: “Las ON verdes permiten a las empresas acceder a inversores institucionales que manejan criterios ESG en su política de inversión. Este acceso suele venir acompañado de mejores condiciones de colocación, con tasas más competitivas y mayor demanda relativa frente a bonos comunes con similar calificación crediticia. De hecho, en más de una oportunidad se ha observado una prima verde (greenium), donde el emisor consigue un menor costo de financiamiento gracias al etiquetado sustentable del bono”.
“En segundo lugar, muchas empresas (especialmente aquellas que forman parte de grupos internacionales o que operan en sectores sensibles al escrutinio público como la energía, los alimentos o el agro) encuentran en estos instrumentos una forma de alinear sus políticas de financiamiento con sus objetivos de sostenibilidad corporativa, así como con los requerimientos crecientes de sus grupos de interés. En resumen, sí existen instrumentos vinculados a la economía verde en Argentina, aunque la oferta es reducida y concentrada en unos pocos emisores con proyectos genuinos de impacto ambiental. Si bien no cuentan con beneficios fiscales, estos bonos han sido atractivos para ciertos emisores porque les permiten mejorar su perfil de financiamiento, diversificar su base inversora y reforzar su estrategia de sostenibilidad. Del lado de los inversores institucionales (particularmente aquellos con foco ESG o con vínculos internacionales), la demanda existe, aunque es todavía incipiente. La evolución futura de estos instrumentos dependerá, en buena medida, de la estabilidad macroeconómica, el desarrollo del mercado de capitales y el avance regulatorio en materia de finanzas sostenibles”, concluyó Sinclair.
Svarzman se mostró de acuerdo con su colega y manifestó: “Las inversiones en los bonos verdes crecen de manera exponencial año tras año y lo interesante es entender por qué resultan atractivos para los inversores. Los bonos verdes son aquellos fondos destinados a financiar o refinanciar proyectos verdes elegibles. Estos bonos pueden financiar una parte o el proyecto en su totalidad, tanto de nuevos proyectos como de otros ya existentes”. “La emisión de un bono verde debe cumplir con una serie de requisitos denominados ESG que representan la E de environmental (ambiental), S de social (social) y G de governance (buen gobierno corporativo). A su vez, para ser considerados dentro de este panel verde, los bonos deben cumplir los Green Bond Principles (GBP)”, explicó. “Deben incluir alguno de los siguientes tipos de inversiones: energías renovables, eficiencia energética, prevención y control de la contaminación, gestión sostenible de los recursos naturales y el uso de la tierra, entre otros. Además, el responsable de emitir el bono realizará un ‘Proceso de Evaluación y Selección de Proyectos’. A través de este proceso se compromete a informar con transparencia de los objetivos de sostenibilidad, de los proyectos y de los criterios a sus inversores. Suele completarse con una evaluación externa por parte de un auditor, a realizarse periódicamente durante la vida del bono para asegurar que continúa cumpliendo con los principios exigibles. Por último, debe generarse un reporte al mercado para seguimiento por parte de los inversores”, detalló Svarzman.
“Una inversión en un bono verde implica realizar una acción positiva a favor del medio ambiente y buenas prácticas, pero también brinda cierta tranquilidad para el inversor, al existir una certificación externa donde el emisor del bono cumple con todos los requisitos exigidos y que esos requisitos se cumplen durante todo el período de vida del bono. Se espera que un emisor que cuida el medio ambiente, que tiene buenas prácticas sociales y de gobierno corporativo, tendrá una mejor performance económica y financiera que una empresa que no cumple con los principios ESG”, manifestó. “Un ejemplo de esto es el acceso a un mejor financiamiento por parte de las empresas ESG. Las regulaciones bancarias están privilegiando el crédito destinado a estas empresas por sobre las que no cuidan el medio ambiente. Las compañías con mayor transparencia en la medición y reporte de las políticas y factores ESG de importancia o materialidad interna y externa, presentan mejor acceso a los mercados de capitales, a integrar cadenas internacionales de valor y consiguen una mejor cobertura de los eventos reputacionales que pudieran afectarlas”, añadió. Ya en el cierre, Salinas estableció: “Más allá de este instrumento puntual, se hace necesario que logremos armar instrumentos financieros para la actividad de las aseguradoras. No creo que las aseguradoras, por sí solas, puedan superar los requisitos centrales para lograr cotizar en el mercado de capitales. Todos deseamos ir hacia un mercado asegurador que se asocie con el mercado de capitales y desde ahí genere fondos genuinos basados en sus resultados y crecimiento. Pero aún tenemos muchos pendientes”.

«Todos deseamos ir hacia un mercado asegurador que se asocie con el mercado de capitales y desde ahí genere fondos genuinos basados en sus resultados y crecimiento. Pero aún tenemos muchos pendientes»
Carlos Salinas, Presidente de GALDAS