“La tarea que deberá efectuar la nueva dirigencia será ciclópea”

Los últimos dos años del mercado de seguros fueron los que evidenciaron las mayores pérdidas en décadas, motivadas por la enorme inflación, industria del juicio, desactualización tarifaria, imposibilidad u obtención de repuestos a precios inverosímiles, limitaciones a la libertad de invertir donde sea más rentable, insuficiencia de reaseguro, etc. Toda la industria -Aseguradoras, Corredores de Seguros y de Reaseguros- estamos camino a la reducción o extinción de continuar esta política.
La administración saliente ignoró nuestra industria, es de esperar que este nuevo gobierno tome conciencia de los errores cometidos, y la libertad impere a favor de la recreación de nuestro mercado.

Análisis del Lic. Guillermo Pastore, Chairman de Special Division

Política & Economía

Luego del triunfo de Milei por una diferencia substancial en cantidad de ciudadanos que optaron por su propuesta, la cual se materializa en alrededor de 3 millones de votos contra su rival, legitima un gran poder, donde el pueblo le imparte un mandato de un profundo cambio en la forma de dirigir los destinos de un país. Con propuestas disruptivas de ajuste, reducción del Estado, dolarización, eliminación de subsidios que, según las campañas políticas tradicionales, poco podrían obtener en contra de un contendiente que era Ministro de Economía con un discurso opuesto y una emisión de 2 billones de pesos para conquistar un electorado.
Es realmente clarísimo el mensaje de hartazgo y bajísima estima del político tradicional por parte de un pueblo que expresa una enorme frustración.
Inmediatamente después de ganar las elecciones, el Presidente electo se manifiesta con un tono más moderado, esperanzador y de unidad nacional, muy consciente que los derrotados tratarán de complicar la gobernabilidad, a efectos de no perder los empresarios sus prebendas, los sindicalistas sus negocios y los intermediarios de la pobreza sus privilegios.
La Argentina se encuentra en un estado deplorable, con estanflación desde hace tiempo (según los libros de texto se considera estanflación cuando la inflación anual llega al 10% y no hay crecimiento), donde este año el producto caerá alrededor del 2.8% y la inflación anual rondará el 150%. Es más, si analizamos los últimos 20 años, la inflación fue de alrededor de 5.500% y el PBI no creció, con leves picos de crecimiento y decrecimiento, concluyendo que si generásemos un promedio, vivimos en estanflación desde hace 20 años.

Actualmente, con una pobreza superior al 45%, una proyección de inflación mayor al 200% para el 2024 debido a una irresponsable emisión monetaria, precios controlados, enorme inseguridad, economía sin competencia, pasivos remunerados por el BCRA muy elocuentes (déficit cuasi fiscal cercano al 10%), reservas negativas, enorme deuda a los importadores, burocracia infinita plagada de funcionarios que ni siquiera asisten a sus redundantes trabajos, falta de todo tipo de insumos, etc., la tarea que deberá efectuar la nueva dirigencia será ciclópea.
No es solamente la dimensión de los cambios a efectuar, sino también en los tiempos a realizarlos, debido a que existen urgencias muy reales, independientemente de una gran ansiedad y necesidades que deben ser solucionadas rápidamente.

Con un discurso inaugural elocuente en cuanto a la herencia recibida, un gabinete conformado y algunas medidas implementadas -y otras en proceso de serlo-, hay coincidencia en que es fundamental una reforma monetaria, política, impositiva, laboral, previsional, en seguridad, del Estado, contraprestación laboral de los planes sociales, apertura de la economía, reestructuración del sistema educativo y de salud, independencia de los Poderes, pleno respeto por la ley e instituciones. El tema son los instrumentos para implementarlos y los timings.

Dado que el Seguro y el Reaseguro están completamente involucrados -directa o indirectamente- por las reformas descriptas, analizaremos sucintamente las anteriores para abordar posteriormente las especificidades de nuestro negocio.

Reforma monetaria & Déficit fiscal
Si bien pareciera que el déficit presupuestario es el mayor de los males, la realidad es que hay países con mayores guarismos y no detentan inflación. Los reales inconvenientes son para qué se utiliza y cómo se financia. Si, por ejemplo, se utilizaría para una inversión de infraestructura que productivamente genere recursos en el mediano plazo y se financie con un título de la deuda a bajo interés y a 30 años, el inconveniente no existiría. El déficit es perverso cuando se financia con una descomunal emisión monetaria para gastos improductivos, lo cual origina una disminución en la demanda de dinero y una enorme velocidad en la circulación, dado el deseo que desarrolla el individuo de desprenderse de un bien que vale menos por el mero transcurso de un periodo cada vez más corto. Este fenómeno, eminentemente monetario, es una importantísima causa de inflación, pero no la única. Esto se debe a que en nuestro país también existe el componente de falta de competencia y la existencia de ciertas regulaciones que complican su reducción. En otros países, menos regulados en todos los ámbitos, con el aumento de la tasa de interés se reduce la inflación con bastante rapidez, situación que en Argentina no sucede. 

El déficit fiscal ronda el 5%, pero el cuasi fiscal alrededor del 10%, lo cual amplía fuertemente la solución en la reducción del aumento sostenido de precios. Es por lo cual que hay que abordar ambos déficits simultáneamente. La reducción del fiscal se obtiene subiendo impuestos, opción inviable; o bajando gastos, lo cual es la promesa más contundente, pero su reducción no es inmediata, es necesario tiempo de implementación y, si bien sus resultados garantizan estabilidad a largo plazo, no operan al ritmo de las urgencias. El achicamiento del cuasi fiscal es de implantación mucho más veloz y existen diferentes instrumentos para llevarla a cabo, todos ellos cuentan con ventajas y contratiempos, considerando que si el espíritu es el que no sea compulsivo, la variable más plausible es la obtención de fondos frescos que permitan aumentar los activos del BCRA y, a la vez, den poder de fuego para controlar cualquier exabrupto cambiario y aprovechar para sincerar la divisa oficial reduciendo la brecha, obteniendo de esta manera dos objetivos importantes: ir eliminando el cepo y reducir los pasivos remunerados.

Lo anterior, en la medida que genere confianza, y con una propuesta de bi monetarismo, podría aumentar la oferta de dólares en poder de los particulares, haciéndolos circular productivamente, lo cual si se reforzara con un blanqueo coadyuvaría a la mejora substancial en el esquema monetario, pero -a diferencia de otros- premiando al que se quede en el país.

Reforma laboral
Es imprescindible una reforma laboral, la cual sin hacer perder derechos adquiridos de los actuales empleados y solo apelando a reducir la judicialidad y las multas que, en definitiva, son el botín de los abogados, permita ingresar al sistema a aquellos que trabajan en la informalidad y no cuentan con ningún tipo de protección. El ingreso de los nuevos debería ser generado con una menor carga impositiva al empleador y con reducción de contingencias laborales que estimulen el empleo. Esta adición al sistema legal beneficiaría al Estado, debido a que aportarían al sistema de jubilaciones más individuos, reduciendo una de las mayores fuentes del déficit presupuestario, e incluso a los sindicalistas que contarían con más aportantes a la cuota social.

Reforma impositiva
Es materia pendiente modificar el sistema impositivo, ya que hoy contamos con 165 tributos de los cuales 12 recaudan el 91%; es bastante obvio que hay que simplificar el modelo. El que más recauda es el IVA, con el 7% del PBI, siendo el más perverso debido a que impone el consumo y, por ende, a quien mayor propensión marginal a consumir detenta que es el más pobre, dado que gasta todo su ingreso en lo más básico para poder subsistir. Las retenciones al campo son una asignatura pendiente que definitivamente hay que ir reduciendo hasta su extinción, pero hoy no es recomendable debido a que es un ingreso indispensable para el Estado.

Reforma política
El pueblo votó una reforma política que simplifique y reduzca gastos improductivos en incomprensible cantidad de ministerios, secretarías, asesores y miles de individuos que además de contar con salarios y privilegios costosísimos, lejos de agregar valor entorpecen el funcionamiento de la economía. A su vez, simplificar el sistema electoral con boleta única, sin PASO y una única elección unificada cada 4 años para la mayoría de los cargos. Existen interesantes trabajos de reformas del Estado a nivel nacional, estatal y municipal que cuentan con 3 millones de empleados. La implementación de alguno de estos proyectos modernizaría ostensiblemente el accionar de la administración.

Seguridad
Es fundamental reducir el nivel de inseguridad donde pareciera que la unificación de un comando núcleo que coordine las diferentes fuerzas es de extrema utilidad, como la incorporación del ejército en la lucha contra el narcotráfico. Es menester modificar el código penal y procesal, como así también bajar la edad de imputabilidad a los 14 años. En infraestructura se necesita construir nuevas cárceles con modernos sistemas y personal carcelario calificado para la función. El tema de reiterancia y flagrancia deberían ser objeto de tratamiento urgente, lo mismo que instruir a los fiscales para que ejecuten de oficio su gestión y ampliar severamente las penas a quienes ataquen a los agentes del orden o atenten contra estructuras de seguridad o públicas.

Reforma previsional
El sistema de jubilaciones se encuentra agotado en la mayoría de los países. Hoy se ha extendido la expectativa de vida generando enorme cantidad de pasivos solventados por un número cada vez más insuficiente de activos. Sería asequible extender la edad del retiro para mujeres y hombres a los 70 años, generando una mayor acumulación en las cuentas y posibilitando equilibrar en parte la cantidad de aportantes con los beneficiarios. Asimismo, sería muy interesante restablecer un sistema de Fondos de Pensión Privado, con obvios controles, al cual accederían los más jóvenes que tienen más tiempo de ahorro en sus cuentas personales futuras, haciendo convivir un sistema estatal de reparto con uno privado de capitalización, siendo esta última un importante generador de inversiones para un país, como lo evidencia por ejemplo nuestro vecino trasandino.

Apertura, Ayuda Social & Subsidios
La apertura de la economía es fundamental, no solo como medio de colocar nuestros productos en el mundo para que ingresen necesarias divisas, sino también para abrir la competencia de mercaderías del exterior para que compitan con muchos productos protegidos, a efectos de beneficiar al consumidor con una oferta mayor de alternativas, coadyuvando a la reducción de precios y, por ende, colaborando con la baja de la inflación. Claros ejemplos en nuestro país son indumentaria, calzado, electrodomésticos, etc., donde se concluye pagando precios más elevados en dólares que en países como Estados Unidos.

Es absolutamente indispensable solucionar la ayuda social que utilizan como instrumento los planes. Los mismos, y sobre todo la primera etapa, deben continuar ayudando al que menos tiene, pero con determinadas características. Deben ser otorgados sin intermediación, por un plazo perentorio y con una contraprestación en tareas o aprendizaje de oficios para poder concluir integrando la fuerza laboral. Es posible también generar una combinación con la reforma laboral, donde parte del emolumento sea considerado un descuento a las cargas sociales que posteriormente el empleador le integre al nuevo empleado.

El tema de reducción de subsidios es un problema a solucionar con rapidez, dado que perjudica al que no utiliza el servicio vía emisión. Es un claro ejemplo que la gente más necesitada no utiliza el avión y paga con inflación el pasaje de quien se beneficia de un servicio que es deficitario. Últimamente, se quiso argumentar que en este año Aerolíneas no perdió dinero, observándose que en realidad sí perdió y se utilizó una argucia contable para manifestar lo contrario. En el caso de subsidios a la electricidad y el gas, deberían ser segmentados por poder adquisitivo según fuese el domicilio, para en una primera etapa imponer con menor celeridad a los que menos posibilidades cuentan de afrontar un precio pleno.

Seguro & Reaseguro

En todo el contexto enunciado se desarrolla el seguro y el reaseguro. En el caso del primero, los últimos dos años del mercado fueron los que evidenciaron las mayores pérdidas en décadas. Motivadas por la enorme inflación, industria del juicio, desactualización tarifaria, imposibilidad u obtención de repuestos a precios inverosímiles, limitaciones a la libertad de invertir donde sea más rentable, insuficiencia de reaseguro, etc. A lo anterior se sumó un impuesto país del 25% en forma retroactiva, aplicable solo a empresas privadas, promoviendo el monopolio estatal.

Ya en 2011 un gobierno de similares características al que nos gobernó hasta este 9 de diciembre nacionalizó el reaseguro con resultados desastrosos que involucraron una necesaria modificación posterior. También en más de dos oportunidades limitaron el pago de reaseguros, convirtiendo al mercado asegurador en un incumplidor serial de sus obligaciones.

Hoy la solvencia del mercado es endeble debido a inversiones mal valuadas y exiguo reaseguro, debido a que hace más de un año no hay prácticamente divisas para asumir los compromisos pactados, ubicando a nuestro país en el futuro año en un paria, por un probable retiro masivo de reaseguradores por falta de pagos.

Toda la industria -Aseguradoras, Corredores de Seguros y de Reaseguros- estamos camino a la reducción o extinción de continuar esta política.
La administración saliente ignoró nuestra industria; es de esperar que este nuevo gobierno tome conciencia de los errores cometidos, y la libertad impere a favor de la recreación de nuestro mercado. No se debe olvidar que se protegen vidas, trabajadores, bienes y una economía toda, que sin seguro y reaseguro no funciona en ningún lugar del mundo. Seguramente por desconocimiento no se ha comprobado que últimamente ingresaron más divisas por siniestros que por salida de primas, básicamente por el sector agropecuario. La SSN saliente ha alertado de diferentes formas la realidad que el mercado atraviesa y que el gobierno de Fernández prefirió hacer caso omiso. Entendemos que existirá a partir de ahora un claro concepto de la cuasi destrucción por indolencia de una industria tan necesaria y la celeridad que debe dársele a la problemática que está inmersa para darle una solución inmediata. 

Propugnamos para que el nuevo gobierno liderado por el presidente Javier Milei imparta claras directivas por intermedio de sus funcionarios a nuestra actividad, donde las medidas sean consensuadas con el mercado y sea la SSN el único órgano facultado para regular e interpretar las necesidades del mercado. Es la indelegable función de la SSN velar por los intereses del asegurado, garantizando un mercado solvente y que cumpla la promesa empeñada transcrita en una póliza. Para lo cual, debe permitir a las Aseguradoras invertir libremente en los instrumentos más sólidos y rentables que se puedan obtener en el mundo, implementar normas e inspeccionar con rigurosidad a efectos de contar con Aseguradoras que puedan cumplir sus compromisos, hacer expeditos la aprobación en la creación de nuevos productos, desregular completamente el reaseguro concluyendo con el peaje montado hace 12 años a las reaseguradoras locales, concluir con la enorme carga impositiva comenzando con el desigual y aberrante impuesto país.
Ha sido designado un nuevo SSN, que cuenta con la experiencia adquirida en el Gobierno de Macri y conoce la problemática del sector, entendiendo que, dado el estado endeble del mercado, opere los necesarios cambios -algunos más rápidamente y otros con paciencia- pero con plazos definidos.
Es de esperar que un gobierno que abraza los principios de la libertad sea proclive a permitir de una vez por todas florecer a una industria que viene sufriendo por décadas los avatares de administraciones que han ignorado y contraído nuestra actividad.